El PP vasco confía en que el adiós de Iturgaiz «no sea definitivo»

Al igual que el resto de dirigentes vascos, González evitó censurar a la dirección nacional por su decisión de relegar a Iturgaiz a los últimos puestos de la plancha europea. Sin embargo, no fueron pocos los afiliados que criticaron con dureza a Génova. «No ha gustado nada. Nadie lo entiende. Con todo lo que ha hecho él por este partido y ahora lo apartan de mala manera. Así es la nueva política», reconoció una voz relevante del partido, quien recordó que Iturgaiz era visto entre los afiliados de «toda España como un símbolo». «Se lo rifaban para los mítines de campaña por todo lo que implica», añadió.

Entre los populares vascos se cree que Casado podría haber priorizado la experiencia de Iturgaiz en las instituciones europeas y en la «defensa de las víctimas de ETA» frente a, por ejemplo, los intereses de FAES. La fundación presidida por José María Aznar cuenta con media docena de representante entre los 20 nombres de la plancha. «Nosotros nos quedamos sin Carlos y, mientras, Ciudadanos incluye a Maite Pagazaurtundua en los puestos de salida. ¿Qué mensaje estamos mandando?», se pregunta otra fuente.

Fuentes oficiales del PP vasco quisieron rebajar la transcendencia de la despedida de Iturgaiz y aseguraron que «confían en que su adiós no sea definitivo». «Todavía tiene mucho que aportar al partido, tanto en el País Vasco como en el resto de España. Y de hecho, aquí contamos con él. Es cierto que se acaba una etapa pero eso no significa su fin político», argumentaron. «Esperamos que este momento sea sólo un paréntesis y vuelva a estar en primera línea», remachó Raquel González en una comparecencia ante los medios.

Por el momento, Iturgaiz reiteró ayer a través de las redes sociales su decisión de «abandonar la política». «Comienzo con ilusión una nueva etapa de mi vida. Marcho con el orgullo de haber defendido en Europa y el País Vasco, bajo la siglas de mi partido, el PP, la unidad de España, combatido al nacionalismo, luchado contra el terrorismo y haber defendido a las víctimas», escribió el todavía europarlamentario vasco, que el próximo 1 de julio abandonará su cargo en Bruselas y, en sus propias palabras, se irá «a casa».

La marcha de Iturgaiz significa el fin de una época de la política vasca, sobre todo la que se refiere a la resistencia contra el terrorismo de ETA. Durante ocho años -de 1996 a 2004- fue el presidente del PP vasco, una etapa en la que ETA le situó en su punto de mira. Tras el fin de la tregua de Lizarra, a finales de 1999, los terroristas incrementaron el acoso contra los políticos constitucionalistas y se sucedieron los asesinatos. La banda trató de atentar en tres ocasiones contra el propio Iturgaiz, quien se caracterizó por sus críticas «contra el nacionalismo vasco» y su «defensa de la unidad de España y de las víctimas». «Me voy de la política con la hoja de servicio bien cubierta», analiza.

En la actual política, en la que los 'fichajes' por otros partidos no son excepcionales -sobre todo en la derecha con el crecimiento de Vox-, Iturgaiz descarta categóricamente que pueda marcharse a otra formación para integrarse, por ejemplo, en sus listas para Bruselas. «Por favor, he enterrado a siete compañeros de siglas asesinados por ETA. El PP es mi familia. Juntos hemos pasado los peores momentos que uno se puede imaginar», zanja.

Para Iturgaiz, su formación «ha sido y es un referente de la política vasca y española». En su despedida, sus palabras de agradecimiento van dirigidas a sus «compañeros y, en especial, para Alfonso Alonso. «Es un líder magnífico. En estos momentos es de lo mejor que tiene el PP a nivel nacional», defiende.