Bildu prepara su congreso con la incógnita del papel de Otxandiano en la futura dirección
La coalición soberanista diseña una ejecutiva para arropar a Otegi, cuyo liderazgo no está en duda
EH Bildu afronta el último tramo de cara al congreso que celebrará el 8 de febrero en Pamplona, una cita de la que saldrá reelegido Arnaldo Otegi, cerrando los detalles de la que será su nueva Mesa Política, su principal órgano de dirección. Un equipo que se prevé continuista, pero al que la coalición soberanista también quiere incorporar nuevas caras y sorpresas para impulsar un proyecto que mira hacia las elecciones municipales y forales de 2027 como gran objetivo.
La cita será el punto final a un proceso iniciado hace varios meses. La línea política que mantendrá EH Bildu está definida en la ponencia presentada en octubre y que ha sido desgranada en diferentes asambleas locales de Euskadi y Navarra. Aparte de las enmiendas que se vayan a debatir, no hay ningún texto alternativo.
El documento ahonda en el giro estratégico de los últimos años, apuesta por el pragmatismo, asume que la independencia es inviable ahora y aboga por una confederación «táctica» con el Estado. De cara al futuro, la alianza soberanista quiere situar «el debate nacional en el centro» y, en tono autocrítico, se admite que «no hemos obtenido logros en nuestro camino hacia la soberanía». Una reflexión que se produce cuando se prevé que en los próximos meses se reactive el debate sobre la reforma del Estatuto.
Con las líneas ideológicas definidas y una situación interna bastante calmada, lo único que queda por definir es quién acompañará a Otegi los próximos años. El listado se conocerá de forma oficial en menos de dos semanas y luego será sometido a votación entre las bases. El liderazgo del principal referente de la izquierda abertzale no tiene discusión. A sus 66 años, Otegi hizo pública su intención de seguir como coordinador general de EHBildu –cargo al que llegó en 2017– hace más de un año, a finales de 2023, cuando también se confirmó que Pello Otxandiano sería candidato a lehendakari en las elecciones del pasado mes de abril.
La decisión de que Otegi siga al mando de la nave busca mantener la cohesión y evitar abrir una guerra sucesoria en un momento en el que la formación necesita calma. El propio Otegi ha venido recalcando que la actual ejecutiva se ha ganado la oportunidad de seguir al frente, en alusión a los resultados electorales de los últimos años.
Una línea continuista que, en todo caso, también irá acompañada de varios cambios y de una redefinición de algunas tareas internas. Una de las grandes interrogantes es qué papel tendrá el propio Otxandiano. Llegó a la dirección en el congreso de 2021 como director de Programas, cargo idéntico al que había ocupado con anterioridad en Sortu. De hecho, Otxandiano es uno de los dirigentes que está detrás del giro estratégico de la izquierda abertzale en los últimos años.
Salto desde Sortu
Se da por hecho que retendrá esa función de ideólogo, pero no se descarta que vea reforzada todavía más su posición porque no son pocos los que le sitúan como sucesor del propio Otegi a corto plazo. Con 41 años, Bildu lleva meses tratando de ensalzar su figura y no le define solo como portavoz parlamentario, sino como «líder de la oposición». Independientemente del puesto que ocupe, su papel seguirá siendo notable.
Junto a Otegi yOtxandiano, queda por saber quiénes formarán parte del núcleo duro. Ese papel lo han ocupado durante los últimos años dirigentes como Gari Mujika,Unai Urruzuno y Sonia Jacinto. No está del todo claro que los tres vayan a seguir. Durante los últimos meses ha ganado todavía más protagonismo Miren Zabaleta. Líder de la coalición en Navarra, ha sido una de las responsables que ha coordinado la nueva ponencia política, pilotó con Otxandiano el cambio de rumbo de 2017 y estuvo encarcelada con Otegi por el 'caso Bateragune'. Un proceso por el que también estuvo en prisión Sonia Jacinto.
La otra duda es si, como ocurrió en 2021, habrá otros dirigentes de Sortu que pasen a EH Bildu. Más allá de Arkaitz Rodríguez, la formación que mantiene el rumbo de la izquierda abertzale tiene entre sus rostros más destacados a Oihana SanVicente y Kizkitza Gil de San Vicente.
Equilibrios territoriales, el reto de Bizkaia y unos partidos diluidos
El congreso que celebrará EH Bildu y la ejecutiva que salga del cónclave también serán claves para definir otras cuestiones. Una de ellas son los equilibrios territoriales. Desde su refundación, algunos militantes siempre han criticado el excesivo peso del aparato de Gipuzkoa, con Arnaldo Otegi y Gari Mujika como hombres fuertes. A su lado ha estado como responsable de comunicación, Larraitz Ugarte, que en su momento ejerció como portavoz del Gobierno foral de Martin Garitano. Como contrapeso han funcionado Unai Urruzuno (Ondarroa) y Pello Otxandiano (Otxandio), mientras que los rostros del Gran Bilbao o de Álava han sido mínimos.
La comarca alrededor de la capital vizcaína sigue siendo su gran reto pendiente. A pesar de que en los últimos tiempos han ganado posiciones y que el papel de Iker Casanova como portavoz en el territorio se ha reforzado, la distancia que le saca el PNV es notable. Y es esa brecha la que evita que EH Bildu logre dar el 'sorpasso' a los jeltzales en Euskadi. Cómo penetrar con fuerza en una zona en la que el PSE-EE tiene un respaldo notable y en la que incluso resiste el espacio que se mueve entre Podemos y Sumar es una pregunta que EH Bildu todavía no sabe muy bien cómo responder. Sus dirigentes no ocultan que uno de los principales problemas es, precisamente, encontrar referentes.
El congreso dará también la puntilla oficiosa al papel interno de Eusko Alkartasuna y Alternatiba. La idea de la dirección es diluir todavía más el peso orgánico de los partidos que conforman la coalición para convertir a EH Bildu en un ente con autonomía propia. En teoría, eso afecta a los tres miembros de la alianza, pero no perjudica de la misma manera a Sortu que al partido fundado por Carlos Garaikoetxea o al de Oskar Matute.