«En los años 80, ETA se erigió en juez, fiscal y verdugo»
El Memorial de Víctimas acoge la presentación de un libro que analiza los años de plomo, cuando la banda era «omnipresente»
j. hernández e i. f. de lucio
Viernes, 18 de febrero 2022, 01:16
«ETA llevó a cabo una limpieza de carácter ideológico y social, y en aquellos años se erigió en juez, fiscal y verdugo». Lo explica el historiador José Antonio Pérez en el segundo volumen de 'Historia y Memoria del Terrorismo en el País Vasco' (Confluencias), una obra coral de la que es coordinador y que se presentó ayer en el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo en Vitoria.
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Esta segunda entrega de la trilogía se centra en el periodo que transcurre desde los años de plomo hasta el comienzo de 'Oldartzen', la ponencia que acabaría extendiendo la mancha del sufrimiento por toda la sociedad vasca. Abarca desde la victoria socialista del 82 hasta un 94 que precede al secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco, el año en que cayó la cúpula de la banda en una macrooperación policial en Bidart. El golpe marcó el inicio del declive de ETA, aunque el final tardó dos largas décadas en llegar. Durante los doce años analizados por la obra la banda decidía quién, cuándo y por qué sin que sus actos despertaran demasiadas preguntas.
En esta época se produjeron algunos de los atentados más brutales: el de Hipercor o el de la casa cuartel de Vic. «Entre 1983 y 1987 aparece otro terrorismo, el de los GAL», recuerda Pérez, cuyo principal objetivo es «historizar lo que ocurrió en este periodo, darle una explicación que ayude a explicar cómo fue posible».
El germen de Gesto por la Paz
En este periodo también tuvieron lugar una serie de acontecimientos importantes «en la respuesta social y política al terrorismo», explicó ayer Antonio Rivera, director del Instituto Valentín de Foronda de la UPV/EHU, que ha colaborado con el Memorial para que la obra vea la luz. Entre esos hitos, Rivera destacó el asesinato de 'Yoyes', la articulación de los primeros movimientos que desembocaron en la creación de 'Gesto por la Paz' y el pacto de Ajuria Enea.
Por su parte, el director del Memorial, Florencio Domínguez, recordó que en 1982 ETA desplegaba «una gran actividad y estaba sobrada de militantes, bien nutrida de recursos económicos que le facilitaban el abastecimiento de armas y explosivos». «Era una ETA omnipresente, con una gran capacidad de intimidación social», remarcó.
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