Los árboles no dejan ver el bosque
Alberto Surio
Martes, 14 de noviembre 2023, 00:00
La ley de amnistía ya está registrada y la madre de todas las batallas acaba de estallar en vísperas del debate de investidura de Pedro ... Sánchez. El fetiche ya está instalado, lo que complica una discusión racional. Sánchez arriesga con este movimiento, pero convendría poner un poco de sensatez en la polémica. Es la hora de hacer pedagogía clara, de explicar el objetivo de la apuesta si se pretende que cumpla su objetivo de servir al interés general, la utilidad social y el diálogo. Si queremos cerrar heridas de verdad y no reabrir otras igual de nocivas convendría poner las cosas en su sitio. Pero el espíritu faltón y el desprecio lo dominan todo y eso envenena el juego. Los árboles no dejan ver el bosque.
Lo importante ahora es que esta polémica no mine el sistema democrático ni haga peligrar la convivencia
El debate nace todavía demasiado frágil, está viciado y carece de suficiente perspectiva. Las movilizaciones de los últimos días y las reacciones en contra confirman una fuerte contestación en una parte de la sociedad. El dato debiera hacer reflexionar al Gobierno de que no estamos solo ante la espiral de un grupo de ultras y reaccionarios. Una parte de la ciudadanía no ha visto ninguna voluntad de contrición ni de distancia en el independentismo catalán que ahora se va a ver beneficiado de la norma mediante una exculpación penal colectiva. No ha hecho siquiera una autocrítica sincera de su apuesta por desbordar la legalidad estatutaria y constitucional en 2017. Se dirá, con razón, que tampoco los franquistas que querían la democracia se arrepintieron del pasado cuando abrazaron el pacto constitucional de 1978. Pero hubo voluntad de concordia. No se trata de fustigarse en exceso, hay que buscar el contexto y ver que en la balanza, la necesidad política es aún muy superior a la virtud, a la generosidad, y eso tiene un coste.
Habrá quienes piensen que estas reflexiones carecen de valor real a la hora de pasar la página. Para muchos son piezas a valorar a la hora de completar este puzle complejo. Por eso, ciertas reservas son lógicas si se tiene en cuenta que muchos han visto una humillación en esta operación, precedida por excesivas concesiones retóricas a Junts, si bien, para ser justos, es cierto que el PSOE también consigue desactivar por la vía de los hechos la vía unilateral del secesionismo al menos para una larga temporada. Zapatero es, quizás, el único dirigente socialista que se está dejando la piel en defender a Sánchez.
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