Imaz desmonta la mayoría progresista de Sánchez
Las advertencias del CEO de Repsol sobre las consecuencias de mantener el gravamen extraordinario a las energéticas obligan a retratarse al PNV y a Junts, partidos que tienen de izquierdas lo que Bildu, ERC y Sumar de derechas
La cacareada mayoría progresista sobre la que Pedro Sánchez siempre ha sustentado su permanencia en La Moncloa ni está ni se le espera en la ... presente legislatura. Aquel 'somos más' que gritó el secretario general del PSOE desde el balcón de Ferraz la noche electoral del 23 de julio de 2023 pese a perder las elecciones ha derivado en una tormentosa legislatura en la que aprobar media ley se ha convertido en un suplicio. Josu Jon Imaz, el CEO de Repsol, ha sido el último en evidenciar que la mayoría progresista es humo, que ni está ni se le espera.
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Seamos serios. Cuando se habla de economía, el PNV y Junts, que han recuperado su histórica pinza madrileña, tiene de izquierdas lo que EH Bildu, ERC, Sumar y Podemos de derechas. Y claro, poner a todos de acuerdo cuando todos piensan radicalmente diferente no es que sea improbable, es una misión imposible por mucho voluntarismo que le ponga el presidente intentando cortejar a todos ellos con sillones en organismos públicos: el último, RTVE.
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El debate sobre la continuidad del gravamen extraordinario a las energéticas y a la banca que ha estado vigente estos dos últimos años y que ha reportado a Hacienda más de 5.000 millones ha puesto al Gobierno de coalición ante su espejo. Imaz, en un artículo publicado en EL CORREO, ha vuelto a amagar con suspender las inversiones industriales previstas y llevarlas incluso a otros países si la tasa permanece. Es lo que el expresidente del EBB llama «populismo fiscal» y «demagogia».
Y claro, Junts, sobre todo, pero también el lehendakari, Imanol Pradales, han puesto el grito en el cielo. No hay que olvidar que Iberdrola también es parte afectada y que tanto la eléctrica como Petronor son los dos grandes pulmones de la Hacienda vizcaína. De ahí la advertencia de Andoni Ortuzar sobre poner en riesgo la «gallina de los huevos de oro».
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¿Qué hacer? El PSOE quiere atenuar su impacto gravando beneficios y no las ventas. Sumar sigue pataleando en el Consejo de Ministros y quiere más leña al mono, como también EH Bildu y ERC (malditos ricos, ya saben). Y Podemos... ni le cuento. ¿Por qué poner impuestos cuando puedes nacionalizar las empresas?
Por contra, Junts, que hace tiempo que se quitó la careta para volver a sus orígenes defendiendo el ADN de la derecha tradicional catalana en asuntos económicos pero también, por ejemplo, en los migratorios, se ha posicionado sin ambages del lado de los empresarios. Por su parte, el PNV sigue apostando por un rol algo más equidistante, amagando pero sin llegar a dar. Si Junts no quiere este gravamen ni en pintura, los jeltzales lo aceptarían siempre y cuando se convirtiese en un impuesto al uso para incluir dentro del Concierto Económico para poder hacer y deshacer a su antojo.
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Porque en este Congreso, tan valiosos son los votos del PNV, como los de Junts, Podemos, ERC o Bildu. Ya lo advirtió Iñigo Urkullu cuando aún era lehendakari: «Estoy muy preocupado con la estabilidad en el Estado. Sánchez necesita el apoyo de todos para todo y en todo momento». Cada negociación, intentar aprobar una ley, es y será una tortura. También los Presupuestos.
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