Instituciones Penitenciarias autoriza el acercamiento de otros seis presos de ETA
Ángel María Tellería está condenado por el asesinato de María José García, primera mujer policía muerta a manos de los terroristas
Instituciones Penitenciarias ha autorizado el traslado a cárceles próximas a Euskadi de otros seis reclusos de ETA, dos de ellos con delitos de sangre. Se trata de Jesús María Altable Echarte, condenado a 27 años por su participación en el atentado que acabó con la vida del capitán de la Guardia Civil Luis Ollo Ochoa en 1984, y de Ángel María Tellería Uriarte, en prisión por el asesinato María José García Sánchez, primera mujer policía víctima de la banda terrorista en 1981.
Con estos últimos movimientos, son 127 los acercamientos que ha llevado a cabo el Gobierno de Pedro Sánchez y que afectarían a 114 reclusos, 35 con delitos de sangre. Un total de 24 habrían sido trasladado a cárceles del País Vasco y Navarra.
A los de Altable y Tellería se suman otros cuatro nombres. Jon Crespo Ortega, que pasará de Murcia a Cantabria. Cumple una condena de 25 años de cárcel por los delitos de colaboración con banda armada, daños, lesiones, desórdenes públicos y tenencia de explosivos. Fue condenado, por entre otros hechos, haber enviado en 2000 una carta amenazadora contra Ricardo Gutiérrez Solana, concejal del PP en Galdakao, que fue distribuida entre todos los vecinos de su edificio, por incendiar el vehículo de un ertzaina en el mismo municipio vizcaíno y por lanzar, en compañía de otras personas, cócteles molotov contra la fachada de la sede de EL CORREO en Bilbao.
Jon Mirena San Pedro Blanco, en la cárcel por participar en un intento de atentado contra un policía en Barakaldo en 1991; Jon Etxeberria Oiarbide, condenado en 2019 a 9 años de prisión por un delito de depósito de armas y explosivos por la furgoneta de ETA interceptada en 2017 en Óbidos (Portugal), y José Carlos Apeztegia Jaca, que será trasladado de Toledo a Pamplona. Este último cumple condena un delito de integración en organización terrorista y la primera vez que Apeztegia fue detenido, a principios de los noventa, fue juzgado también por su implicación en la red de extorsión de ETA y el cobro del mal llamado 'impuesto revolucionario'.