En romería a Orosia, la santa sin cabeza
Jacetania (Aragón) ·
Mirando al Pirineo llama al viajero una convocatoria primaveral de montaña. Sucede cada 25 de junio que desde Yebra de Basa se peregrina en procesión ... al templo de Santa Orosia, encaramado en un paisaje excepcional, de sabinas, conglomerados y margas grises que tienen la cima de Oturia por colofón. Santa Orosia, el templo solitario, está al sur y allí llegan los danzantes abanderando en ese día mágico las cruces parroquiales y enseñas de los concejos de la comarca del Campo de Jaca.
La historia de la santa llega desde el siglo IX. La joven Orosia, hija de los reyes de Bohemia, había llegado para casar con Fortún Garcés, rey de Aragón, y al entrar en tierras de la Península fue apresada por los musulmanes y, después de resistirse a convertirse al islam y negarse a desposar al califa de Córdoba, fue salvajemente torturada y decapitada. Fue mucho más tarde, un 25 de junio de 1072, cuando, según la tradición, un pastor de Yebra de Basa, Guillén de Guasillo, vio aparecerse a un ángel que le reveló el lugar donde estaban las reliquias de Orosia, que por cierto no fue santificada hasta 1902 por el papa León XIII. Allí manaba una fuente y en el lugar se erigió un santuario para rendirle culto pero las reliquias se las terminaron repartiendo; ahora la cabeza está en Yebra de Basa, el cuerpo en Jaca que además tiene a la Santa por patrona.
La cabeza sube cada 25 de junio al santuario en procesión. Todos caminan llevando, a relevos y en andas, la rústica testa que guarda la reliquia a lo largo de un singular camino que escala una muralla de apariencia inaccesible y espectacular geografía.
Pasan primero por la ermita del Angusto que llaman así por la estrechez del barranco donde la levantaron. Arrodillas y Escoronillas están después. As Arrodillas abraza con sus muros un pedrusco gigante como si quisiera santificarlo porque dicen que en él están grabados la rodilla y los machetazos de la cimitarra del musulmán mientras perseguía a Orosia. La piedra de Arrodillas es además una de las 'piedras de luz' que el pastor Guillén tocó cuando llevaba los restos de Santa Orosia a Jaca.
Pasada Arrodillas, enseguida se comienzan a abrir los horizontes hacia las llanuras de la Jacetania y en la muralla de roca van apareciendo más ermitas, mimetizadas e incrustadas en una peña desde la que descuelga, si ha llovido, la bellísima cascada de El Chorro; allí están San Cornelio y La Cueva. Según la tradición la cueva de Yebra fue en el siglo VIII uno de los refugios pirenaicos del Santo Grial para ocultarlo de una posible invasión islámica y en San Cornelio se enterraron los restos de los acompañantes de la Santa.
Pasados los peñascos de estos templos quedan aún otros tres: San Blas, Santa Bárbara y O Zoque. Y por fin se abre el gigante rellano donde se alza el templo de Santa Orosia. Allí esperan el día de romería al séquito procesional; allí se abrazan las cruces, allí los danzantes reciben a la cabeza de la santa con un ritual extraordinario. Al sonido del chiflo y el salterio, al ritmo de un ancestral paloteado, vistiendo calzón y colorido gorro floral, ejecutan sus dances ante la santa. Sencillos pero estremecedores, como si fueran saltos para despertar a la tierra que pisan.
Hay quien vincula esta romería con orígenes paganos y rituales equinocciales; no en vano se atribuye a Santa Orosia la prevención contra catástrofes, sequías, plagas y pestes y también la sanación de los endemoniados. La cabeza de Santa Orosia subirá el 25 de junio a su santuario del Oturia. Mirará desde allí las tierras de la Jacetania y, de reojo, las cimas de un Pirineo aún blanqueado por las nieves.
============OP00 CINTILLO Sección 1 (105969471)============
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.