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Imagen de 'Satureja', captada en una sierra de Jaén. Ángel Hidalgo
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El primer lince blanco, víctima del estrés

Lince ibérico (Lynx pardinus) ·

Los biólogos atribuyen a causas ambientales el cambio de pelaje

Viernes, 7 de noviembre 2025, 23:35

El nombre de 'Satureja' pasará a la historia de la zoología al haberse convertido en el primer ejemplar de lince ibérico (Lynx pardinus) con un ... pelaje blanco. Al menos, en el primer caso documentado y captado por la cámara. En realidad, 'Satureja', una hembra del felino más emblemático del bosque mediterráneo, no es albina -falta de pigmentación por falta de melanina- ni sufre leucismo, otra enfermedad en la piel que desencadena la pérdida de pigmentación, aunque, a diferencia del albinismo, no afecta a los ojos. Retratado recientemente por el fotógrafo de naturaleza Ángel Hidalgo en una sierra de Jaén, el animal nació en 2021 con la coloración normal, pero desde hace un tiempo ha ido perdiendo los tonos anaranjados y pardos típicos para conservar solo el mapa de manchas negras que identifica a cada individuo.

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Como explicación a la insólita despigmentación de su característica capa, los biólogos descartan la causa genética y sospechan que puede obedecer a motivos ambientales que hayan generado en el animal una reacción similar al estrés. Otro ejemplar emparentado con esta hembra y localizado en los encinares de Montoro (Córdoba) también perdió temporalmente el color y lo recuperó pasado un tiempo. 'Satureja', controlada por el plan de recuperación del lince en Andalucía, frecuenta en sus jornadas de campeo territorios de olivares, presumiblemente sometidos a contaminantes o componentes químicos durante los tratamientos agrícolas. Esta exposición habría podido desencadenar el cambio de pelaje.

  • Hábitat Sierra de Jaén.

  • Ejemplar Nacido en 2021

Lo cierto es que el «fantasma blanco» que sorprendió a Hidalgo realiza una vida aparentemente normal. Se alimenta con regularidad, a pesar de haber perdido la tonalidad original con la que se camufla en la dehesa y las serranías en busca de conejos y perdices, y ha sacado adelante varias camadas. La hembra de lince que ha despertado la atención ecológica internacional es una de las 470 reproductoras en España, lo que aleja poco a poco a la población lincera ibérica de la temida extinción a la que se asomó durante años. En la actualidad, los 2.400 ejemplares que componen su comunidad son una esperanza para la recuperación de uno de los felinos más vulnerables del mundo.

El caso del lince blanco ya forma parte del fascinante mundo de las aves y mamíferos que cambian el color de su plumaje o pelaje. Bien por alteraciones genéticas -panteras negras que son leopardos afectados por melanismo o tigres blancos aquejados de leucismo- o por una evolución para mimetizarse durante el invierno -el armiño, la liebre ártica, la perdiz nival, el zorro polar o alguna especie de caribú, entre otros-. Por no hablar del oso Kermode, una rara subespecie del oso negro de color crema que habita en bosques canadienses de la Columbia Británica, también conocido como el 'oso espíritu'.

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