Carabelas portuguesas en cinco playas de Bizkaia

Estas 'falsas medusas' –aunque su apariencia es similar, las carabelas son otro tipo de organismo, una agrupación de hidroides– deben su fama a su picadura urticante que causa escozor, picor y, en alérgicos, fiebre o vómitos. Navegan desde el Atlántico Norte impulsadas por su característica 'vela', que les permite recorrer hasta 500 kilómetros en un mes, llegando al Cantábrico o Canarias según su orientación 'diestra' o 'zurda'. Aunque suelen varar y morir en la costa, su presencia en Bizkaia es habitual, especialmente en julio, siendo este el tercer verano consecutivo que se han detectado. En 2010, hasta 3.500 ejemplares llegaron a las playas vizcaínas.

Este año, la temperatura del Cantábrico, que ha alcanzado 23 grados, junto con vientos del norte, condiciones del agua, abundancia de alimento, depredadores o riadas, ha favorecido su proliferación, según los expertos.

El pasado jueves, en Bakio, dos bañistas sufrieron picaduras leves, y se han reportado avistamientos en Getxo, Sopela, Plentzia, Gorliz, Ibarrangelu y Lekeitio.

Aunque las picaduras de las que se tiene constancia en Bizkaia y Gipuzkoa no han sido graves, los expertos advierten que la presencia de carabelas podría aumentar y darse más casos.

Si se sufre la picadura de uno de estos organismos, se recomienda limpiar las heridas con agua marina –evitar agua dulce–, retirar tentáculos sin contacto directo y aplicar hielo o agua caliente durante unos 20 minutos. Los expertos insisten en que no se deben tocar este tipo de ejemplares, ni las medusas en general, vivas o muertas. El verano pasado, Bizkaia registró 85 picaduras de organismos gelatinosos, 29 por carabelas, frente a las 348 intervenciones de 2023, con 72 atribuidas a estas criaturas.