Los mejores planes culturales para este fin de semana

A punto de llegar al parón que la Semana Santa suele suponer en la programación de orquestas y sociedades como la Filarmónica y la ABAO, los próximos días ofrecen un panorama musical que se mueve entre la solidez de algunas apuestas y la originalidad de otras. Con una división muy clara: las apuestas seguras están en la música instrumental, y la originalidad, en la vocal.

En la música instrumental, destaca el Cuarteto Jerusalem, cuya presencia en la Sociedad Filarmónica tiene carácter casi anual, pero no por ello deja de ser un acontecimiento que este gran grupo de cámara actúe en la capital vizcaína. Lo hace con un programa que recorre la música del clasicismo a los orígenes de la vanguardia del siglo XX. Esos dos extremos están representados en la primera parte, donde este cuarteto –que tiene ya un cuarto de siglo de carrera por escenarios de todo el mundo– interpretará a Mozart y Bartók: el primero de la serie de 'cuartetos prusianos' junto a una de las obras camerísticas fundamentales del segundo. Una combinación interesante porque se trata de dos propuestas que tienen mucho de esenciales.

Pero el plato fuerte llega en la segunda parte. Es cuando interpretarán 'La muerte y la doncella' de Schubert, una de las obras mayores del género; una pieza cargada de simbolismo, que tiene una fuerza arrolladora y al tiempo esa melancolía que tantas veces asoma en las partituras de su autor.

En sus memorias contaba García Márquez que en sus años adolescentes, cuando dejó la casa familiar para estudiar el Bachillerato, llegaba cada día a la biblioteca y se encontraba con que un muchacho algo mayor que él había pedido que pusieran en la megafonía de la sala una obra de música clásica. Siempre la misma. El joven era el más tarde también escritor –y amigo íntimo del premio Nobel– Álvaro Mutis, y la obra, el Concierto para violín de Mendelssohn. De alguna manera, esa obra fue el punto de partida de la afición de García Márquez por la clásica. Y es, sin la menor duda, uno de los grandes conciertos del repertorio y probablemente la obra más célebre de su autor.

En el baile de sustituciones que afecta a todas las instituciones musicales, la BOS ha debido cambiar al violinista japonés Fumikai Miura por la coreana Soyoung Yoon, que tocará la obra prevista. Curiosamente, el programa ha sufrido también un cambio pero es en la segunda parte, cuando la orquesta está sola en el escenario: la anunciada Sinfonía Nº 5 de Nielsen (una pieza poco escuchada por aquí) será sustituida por la Sinfonietta de Poulenc, que tampoco es muy frecuente en nuestras salas.

La semana de puente se cierra con dos propuestas vocales que son por lo menos novedosas. La primera es un plato singular: una ópera titulada 'As one', con música de Laura Kaminsky y libreto de Mark Campbell y Kimberley Reed. Se trata de un drama musical en el que un barítono y una mezzo interpretan al mismo personaje, Hannah, antes y después. Porque Hannah es transgénero y lo que cuenta a través de los dos intérpretes es precisamente su evolución en el tiempo.

Los responsables de la producción, que se estrenó en Brooklyn en 2014, explican que la obra se articula en quince canciones en las que no falta el humor y la permanente búsqueda de la felicidad que motiva a todo ser humano.

El fin de semana tiene otro acontecimiento previsto, pero para un público muy distinto: en este caso, niños y jóvenes. 'El viaje de Ludi' forma parte del programa ABAO Txiki y en este caso cuenta con la colaboración del Arriaga, y es además un estreno absoluto. Ludi es Beethoven, y lo que se plantea es un recorrido por una veintena de 'lieder' del sordo de Bonn, que irán pasando por el escenario articulados por un texto explicativo.

Si la música de Beethoven llega muy bien a los más pequeños por su fuerza irresistible, en este caso aparece dispuesta además contando con los recursos del teatro, lo que permite introducirse en el interior de la música para vivirla de otra manera.

'As one', de Laura Kaminsky, con libreto de Mark Campbell y Kimberly Reed. Dirección: Marta Eguilior. Dirección musical: Carlos Calvo Tapia. Cantantes: Inés Olabarria-Smith Enrique Sánchez-Ramos. Cuarteto Bauhaus.

Oh là là, qué buena semana para, dado que las 'fronteras' están abiertas, ir de un lado a otro en busca de espectáculos interesantes. Está la cartelera llena de citas que merecen la pena. La primera, la que tiene Rakel R. R. 'A solas' en el teatro de Berango. Bueno, son dos, viernes y sábado. Lo que puedo decir: emoción pura. Te vas a reír y te vas a conmover hasta las lágrimas, te vas a sentir parte de algo mucho más grande -un espectáculo inclusivo, pensado para todas las personas que escuchan con y sin oídos (Rakel es Arymux, la compañía de la signodanza)- y te vas a preguntar por qué no hay más como ella, que falta hacen, mira.

Segunda parada: el sábado en el Sozial de Basauri con la flamenca Adriana Bilbao, que sigue mostrando lo que una de Bilbao sabe hacer con la bata de cola y el mantón y los tacones en 'Éclat'... aunque lo cierto es que como este montaje es un repaso a la historia de la moda femenina, las prendas serán otras.

Ese día, en el Teatro Barakaldo, está La Lupi, la bailaora y coreógrafa referente en el flamenco actual. En 'Épicus' no le hace falta argumento, no le hace falta un hilo narrativo, para contar una historia, porque este arte ya es la historia de todo un pueblo y eso es lo que trata de mostrar acompañada en escena por las bailaoras Marina Perea y Sara Carnero, los guitarristas Curro de María y Óscar Lago y los cantaores Alfredo Tejada y Miguel Ortega.

Y fin de fiesta el domingo en la sala bilbaína La Fundición (también podría ser el sábado, que conste) con Koldo Arostegui y su creación 'El ritmo que nos precede'. ¿Se puede hacer memoria a través del cuerpo en movimiento, del ritmo que le pide la música? ¿Se pueden encontrar respuestas a quiénes somos en esos movimientos, en las músicas? Arostegui, Natalia García Muro y Eneko Gil Alberdi ofrecen respuestas.

Un profesor de gimnasia encuentra muerto a uno de sus alumnos, un niño de once años que se ha ahorcado con la cuerda de entrenamiento. En ese momento estaba a su cargo y todos le echan la culpa a él, incluso su pareja, así que empieza a indagar para saber lo que ha pasado y hasta dónde llega su responsabilidad. Iñaki Rikarte fue nominado al Max por su primera interpretación en solitario en esta obra perturbadora que aborda el drama del acoso escolar desde una perspectiva inusual. En tono de thriller, reflexiona sobre el peso de la culpa y la responsabilidad colectiva.

'Soka' es la primera obra de teatro del cineasta Mikel Gurrea, que cuenta una historia construida a partir de casos reales. La cuerda es el hilo conductor de una escenografía desnuda e impactante, que al igual que el lenguaje y la interpretacion se despoja de adornos y efectismos para plantear preguntas esenciales. Una obra con amplio recorrido que merece la pena ver, y ahora tenemos la oportunidad de hacerlo en Pabellón 6.

'Migraaaantes', la última producción de la Compañía Joven de Pabellón 6, nos acerca a un autor de prestigio y poco conocido en España, donde esta obra es estreno absoluto. Matei Visniec es una referencia en su país, Rumanía, y en Francia, donde se exilió durante la dictadura de Ceacescu. Poeta, dramaturgo y periodista, creció en un régimen represivo y abrazó la dictadura como «el gran espacio de libertad».

'Migraaaantes' sacude al espectador desde el subtítulo: «sobra gente en este puto barco». Aborda la crisis migratoria y la identidad europea desde un ángulo inesperado, el humor y el surrealismo, aunque lo que cuenta se basa en historias reales. El público comparte con los actores un viaje que no deja a nadie indiferente, y que plantea preguntas para hacernos reflexionar. El día 21 a las 12.00 hay una lectura dramatizada de otra obra del autor, 'Cómo domé un caracol en tus senos', que es gratuita pero requiere una reserva.

Esta producción de Pabellón 6 que ahora llega a Muxikebarri pinta en los escenarios un brillante retrato de José Pérez Ocaña, con sus matices y con el alarde de color que él aplicaba a sus cuadros. El artista sevillano se convirtió en un símbolo del activismo gay y de las ansias de libertad de los años 70. Quizá la imagen más recordada es la de sus paseos por las ramblas con vestido floreado y abanico, junto a sus inseparables Camilo y Nazario. El autor y protagonista de la obra, Unai Izquierdo, se propuso ir más allá del personaje y captar su esencia, su fragilidad, a través de un relato ficcionado que dirige María Goiricelaya. Supo que lo habían conseguido cuando, el día del estreno en el Arriaga, el hermano mellizo del pintor se acercó a felicitarles.

Desde entonces 'Ocaña' ha tenido mucha vida en los escenarios. Fue profeta en la tierra del protagonista, Sevilla, donde ganó el festival Cultura con Orgullo. Incluso elogiaron el acento andaluz del reparto, en el que también figuran Itziar Lazkano, Mikel Losada y Diego Pérez. Interpretan a la madre del protagonista, que no aceptaba su homosexualidad, a su amigo Camilo y a su gran amor. Ocaña tuvo una vida intensa que acabó de forma trágica a los 36 años. Sufrió represión, fue maltratado y encarcelado, pero cultivó el arte de la provocación y se empeñó en hacer cosas diferentes. Quien no lo conozca, o se haya quedado con un retrato en blanco y negro, tiene la oportunidad de verlo tal como era este fin de semana en Getxo.

'Ez dok ero' vuelve a reunir en el escenario a Patxo Telleria y Mikel Martinez, pareja cómica consagrada y acostumbrada a jugar con el euskera. Esta vez añaden a esa destreza algo más de carga de profundidad, una mirada irónica al teatro y la cultura euskaldun que ambos conocen desde dentro. Llevan a escena a Pantxo y Mikelote, dos personajes inspirados en Sancho Panza y Don Quijote que después de muchos kilómetros de plaza en plaza se encuentran con que ya nadie quiere ver sus espectáculos. Tienen dos opciones, retirarse o empeñarse en seguir adelante como «salvadores del teatro», y eso es lo que quiere Mikelote. Los dos intérpretes se ríen de sí mismos y sacan chispas al euskera en un espectáculo que sería imposible traducir a otro idioma. Atención al recorrido por los pueblos y a su afilada crítica al panorama teatral.

'Soplo' en el Ensanche nos propone una visión emotiva, reivindicativa y desasosegante del espacio público.

Hay sorprendentes placeres que podemos disfrutar incluso en estos tiempos de pertinaz pandemia. Por ejemplo, el de recorrer con un café durante la sobremesa la exposición colectiva 'Soplo', situada en el 'hall' del Edificio Ensanche y sentirnos los últimos habitantes de una ciudad fantasma. Curiosamente, la urbe es el tema específico de la esta muestra, integrada dentro del proyecto municipal de apoyo a los artistas. El espectador que acuda al centro encontrará siete muestras que engloban pintura, fotografía y escultura, propuestas muy diferentes para públicos también diversos, en suma, una cita que no deberíamos perder.

La emoción recorre 'Se llama nostalgia', el proyecto de David Hornback y uno de lps más interesantes por su capacidad de evocación. El fotógrafo americano realiza una videoconferencia en el tiempo y el espacio con familiares y amigos de su juventud, a los que explica cómo han cambiado sus vidas a lo largo de los últimos cuarenta años. Esta propuesta apela inmediatamente a nuestra memoria y sentimientos, como ocurre con 'Kolapso' de Imanol Marrodán que nos conduce por los espacios públicos vacíos del confinamiento. Su visión sugiere una reflexión sobre nuestra indefensión e, incluso, la posibilidad de un futuro apocalíptico, mientras que 'Desescalada Walks', de Helena Goñi, parece ubicarse en el periodo extraño del regreso a la presunta nueva normalidad.

La ironía crítica y canalla de Los Picoletos se expresa en 'Homenaje al Skatepark de Deusto', destruido durante el confinamiento, y que reúne tanto exvotos como referencias al espíritu nihilista de la juventud desencantada. La exposición también incluye 'Plaza!' de Taxio Ardanaz, alusiva a la urgencia del periódico mural, forma de comunicación improvisada. Para finalizar, 'Conocéis a Chanel de Tania no sabéis nada', reflexiona sobria las vivencias, y 'In_true_sista77' nos parece una propuesta barroca y delirante sobre el comercio 'online', otra expresión de nuestra vida cotidiana durante la cuarentena.

Algunos de sus versos bien podrían formar parte de un libro de poemas. Las letras de sus canciones crecen con cada escucha. Los matices son realmente la esencia de las composiciones de Izaro, la cantautora de Mallabia cuya voz suena a caricia. Por todo ello, ella es una de las protagonistas del ciclo Bilbao Poesía de este año.

Las entradas para su concierto de este domingo en Bidebarrieta volaron. En apenas un par de horas no quedaba ni un solo asiento para disfrutar de la joven cantante. Concluida ya la gira de presentación de su último trabajo 'Limones en invierno', tras tener que retrasarla debido a la pandemia, actúa esta vez en formato acústico. Se subirá a las tablas el auditorio de la biblioteca bilbaína junto a sus escuderos: el guitarrista Iker Lauroba y la teclista Garazi Esnaola.