Los mejores planes culturales para este fin de semana

Recordamos que la asistencia a los espectáculos está limitada por las restricciones de movilidad entre municipios.

El Arriaga recibe esta semana recibe la visita del ilustre José María Pou con uno de esos grandes personajes que parecen cortados a su medida, y que le valió el premio Ercilla –que también ganó por 'El rey Lear'– tras su actuación en Santurtzi. 'Viejo amigo Cicerón' ofrece una visión contemporánea, despojada de túnicas, de la figura del célebre orador romano. Ambientada en una biblioteca, a través del trabajo que preparan dos estudiantes universitarios (Alejandro Bordanove y Marla Cirici) entabla un diálogo entre el pensamiento de Cicerón y nuestra convulsa actualidad. Con texto de Ernesto Caballero y dirección de Mario Gas, el montaje imagina diálogos y situaciones sin faltar a la verdad histórica.

El último defensor de la República romana plantea preguntas que hoy nos hacen reflexionar. ¿Es la ley el valor supremo? ¿Y si es injusta? ¿Se puede imponer la tiranía de forma democrática? El actor, que encarnó a Sócrates en otro montaje dirigido por Mario Gas, destaca la utilidad de los clásicos para abordar «una reflexión sobre la política actual, algo muy necesario cuando la democracia y el respeto a las leyes se están poniendo en cuestión», enfatiza. Le emociona recordar que las representaciones en Barcelona coincidieron con la sentencia del «procés» y las algaradas, pero las funciones se desarrollaron «con el teatro lleno y el público puesto en pie al final, como si fuera un acto de militancia».

Una de las obras del año llega al Festival de Teatro de Santurtzi en dos funciones que añorarán los vizcaínos que no vivan en municipios limítrofes. 'Prostitución' es un imán por su reparto y por la manera en la que aborda este tema, «que nace en la calle y se mueve hasta el escenario. El director, Andrés Lima, que firma la dramaturgia junto a Albert Boronat, Juan Cavestany y Amelia Tiganus, explica que «se basa en un proceso de exploración» a partir de testimonios reales «que nos hace plantearnos muchas preguntas como ciudadanos, como seres humanos y como artistas con la voluntad de reflejar nuestra sociedad».

Lo abordan «dando voz a sus protagonistas. Hablamos con ellas, entramos en sus clubes, las acompañamos en sus calles». La crítica ha destacado que Carmen Machi, Nathalie Poza, Carolina Yuste se dejan la piel en una función llena de verdad que huye de los tópicos.

Carmelo Gómez es un gran actor que se reserva sobre todo para el teatro –aunque participa en la última película de Imanol Uribe– y también imparte cursos sobre distintos aspectos de la interpretación. Fue precisamente en un taller dedicado a Lorca donde descubrió «mundos recónditos» de su obra junto a la actriz y docente Emi Ekai. Así surgió 'A vueltas con Lorca', el espectáculo que recupera el Teatro Barakaldo como estreno en Euskadi tras su suspensión el pasado mes de marzo.

Es una lectura dramatizada de poemas y fragmentos de obras de teatro en la que el actor leonés ejerce de narrador, se pone en la piel de Lorca y también en la de sus personajes, e incluye textos de Cervantes y Lope de Vega que le sirvieron de inspiración. Siempre con la complicidad del pianista Mikhail Studyonov, que interpreta piezas de compositores contemporáneos del poeta como Turina, Halffter, Granados, Debussy o Grieg.

El enfrentamiento entre Clara Campoamor y Victoria Kent, dos mujeres progresistas y republicanas, en 1931, al inicio de la Segunda República, hizo historia. La primera era una firme defensora del voto femenino, la segunda pensaba que antes había que reeducar a una población ignorante y sometida a la influencia de la Iglesia.

La obra que ha estrenado Pabellón 6, dirigida por Ramón Barea con texto de Jerónimo López Mozo, va más allá de la memoria histórica y mezcla espacios y tiempos, realismo y farsa, diferentes edades de un mismo personaje, a través de cinco encuentros apócrifos. Irene Bau y Juana Lor dan vida a estas dos mujeres inquietas y discrepantes, que acabaron unidas en su condición de exiliadas.

Javier Perianes debía haber tocado el Concierto para piano Nº 5 'Emperador' de Beethoven los días 4 y 5 de junio con la Sinfónica de Bilbao, en la recta final de la pasada temporada de abono. La pandemia lo impidió, el concierto se aplazó a noviembre y ahora se han reducido los aforos de tal manera que las cuatro funciones que el pianista onubense va a ofrecer en Bilbao junto a la orquesta (1.600 localidades en total) se convierten en un acto para una exquisita minoría.

Estamos ante un pianista en plena forma, que ha trabajado el catálogo de conciertos de Beethoven en los dos últimos años de manera intensa, tocándolos todos en ciclos cortos, en no pocos casos bajo la batuta de Juanjo Mena. Y qué decir del concierto. Una obra maestra. No hacen falta más adjetivos. Un concierto de una fuerza y brillantez extraordinarias que avanza con paso firme hacia el Romanticismo, una puerta que ya había abierto el Nº 4. Se trata, y quizá sea una paradoja, de la última obra dentro del género que compuso su autor, que todavía vivió 16 años más durante los cuales firmó un puñado de piezas extraordinarias. Ahí entran sinfonías, sonatas, cuartetos... pero no conciertos. Algo que seguramente cabe lamentar.

Contrariamente a lo que suele ser habitual, esta partitura cierra un concierto que se abre con una sinfonía. Exactamente la Nº 3 de Charles Ives, que lleva el título de 'The camp meeting'. Se trata de una partitura que la BOS interpreta por primera vez y que es probable que nunca antes haya sonado en Bilbao. Solo por eso ya merece la pena sentarse a disfrutar antes de degustar el plato fuerte de la función. El Emperador, que ya llega a Bilbao.

Y si se quedan con ganas, Perianes protagonizará el concierto de cámara del lunes con un programa 'muy personal'. Lo que significa que la BOS ha dado carta blanca al pianista (algo que muy pocas veces hace) para que toque lo que quiera. La sorpresa es otro aliciente.

Muchos intérpretes de violonchelo se preguntan por qué Mozart apenas escribió nada para su instrumento. Beethoven compensó esa carencia. Porque si bien es cierto que no hizo ningún concierto para el mismo (solo el Triple, donde comparte protagonismo con el piano y el violín), no lo es menos que dejó un puñado importante de obras de cámara en las que está presente, incluida una colección de sonatas que resultan imprescindibles en el repertorio de los intérpretes de este instrumento de cuerda de voz tan parecida a la humana.

Son esas sonatas las que integran el programa de la Sociedad Filarmónica en estos días tan beethovianos, próximos ya a la gran conmemoración. Nicolas Altsraedt al chelo y Alexander Lonquich al piano corren con todo el trabajo. A los aficionados solo les toca disfrutar.

Hay algunas citas de danza que se han ido cayendo de la agenda, pero aun queda esperanza. Y no cualquiera. La compañía Kanpai está de estreno en el Teatro Arriaga el próximo miércoles y esta última creación conjunta de Natalia de Miguel y Jorge Jáuregui, con el músico Niko Hafkenscheid como tercera pata (en directo, además), no podía vernirnos mejor. Ante tanta inquietud e incertidumbre, los tres creadores proponen cambiar de mirada, de perspectiva, de actitud. 'Lathe biósas' toma su nombre de una frase de Epicuro para invitarnos a detenernos, respirar, calmarnos y repensarnos. Para volver a sentir la conexión con algo mucho más grande que nosotros, algo de lo que no solo formamos parte los seres humanos.

Los bailarines recurren a movimientos pequeños, justos y precisos, en alegoría de ese ir a lo esencial que plantean en la pieza. También juegan con conceptos como la gravedad y la polaridad, el magnetismo, el equilibrio de energías. Y el cable que cruza el escenario, el slackline de las artes circenses, les sirve para reflejar gran parte de esas ideas tanto como para hacer metáfora de la línea de la vida.

Eduardo Sourrouille explora sus emociones a través de dibujos rápidos y sin retoques.

Celebrar el décimo octavo aniversario de una galería de arte es un acto excepcional en estos tiempos aciagos, pero también en aquellos de la vieja normalidad. Su esperanza de vida suele ser breve, dadas las habituales dificultades para subsistir. Espacio Marzana alcanza la mayoría de edad convertida en un lugar de referencia para el arte en el País Vasco. No puede haber un aficionado a la plástica contemporánea que no disfrute con su programa, que combina creadores locales y otros del resto del país. Además, en esta ocasión, el cumpleaños se acompaña de una propuesta especial, los dibujos inéditos de Eduardo Sourrouille, fotógrafo de consolidada trayectoria.

La exploración de su identidad es el fin del centenar de piezas reunidas. El autor ha dibujado utilizando un espejo y sin mirar al papel, de manera rápida y sin retocar los resultados. No se trata de un ejercicio de estilo ni un mero divertimento, aunque la práctica comenzara en el confinamiento y ha proseguido hasta hoy. Los autorretratos no persiguen la fidelidad física, sino mostrar su estado de ánimo o proyectar en el papel diversas posturas.

El resultado es un diario de emociones que asombra por su sinceridad y por mostrarnos una nueva faceta del autor. Las imágenes de Sourrouille siempre han destacado por abordar cuestiones como el deseo y la familia desde cuidadas escenografías donde los sujetos actúan como personajes que asumen diversos roles. En esta ocasión, el objetivo del artista es él mismo, de una forma descarnada y directa. No hay lugar para el placer esteticista y la figura se carga de desnudo dramatismo de ecos expresionistas. No podemos perder una 'rara avis' como esta y sólo contamos con este fin de semana. Hay que verla.