Maskarada a la sombra del bosque enigmático
Urdiñarbe (Zuberoa) ·
La de Urdiñarbe no será la última mascarada en la que esta primavera el trasto y díscolo Pitxu se pondrá a hacer de las suyas ... entre casas y jardines, porque lo suyo es precisamente meterse en todos los jardines. El 14 de abril le toca a Urdiñarbe recibir a la mascarada de Pagola; Lakarri-Altzai y Pagola, su localidad de residencia, terminarán el ciclo del carnaval zuberotarra de este año.
De mañana toca desfile y barricadas, por supuesto ingesta abundante de viandas y alcohol. Corridas, idas y venidas de esa dualidad enigmática y ancestral que ofrecen sus personajes. La 'maskarada gorria': ordenada, elegante, disciplinada, esa en la que se muestra destreza ejecutando elegantes pasos de baile, como el peculiar 'pas de basque', o el baile sobre el vaso en la 'godalet dantza', en un conjunto colorista que forman la Kantiniersa -cantinera-, el Txerrero -herrador-, el gatuzain -gato-, el Zamalzain -especie de centauro-, y el Entseinaria -abanderado-. Y como dantzaris secundarios, los marexalak y kukulleroak.
La 'mascarada beltza', burlesca, caótica, grotesca y antagónica, con ese grupo de desechos sociales sucio y desarrapado, bullicioso, y de burdo danzar: Txorrotxak -afiladores-, Kherestuak -capadores-, Kauterak -caldereros- y Buhameak -gitanos-. Pero nuestro personaje por antonomasia es Pitxu, el más travieso y que ha de realizar las labores que los demás no desean hacer, resistiéndose a todo lo que se le pida.
Urdiñarbe se presta a los desfiles de la mascarada, partiendo de la plaza que, al pie de la iglesia de raíces góticas, se eleva al otro lado del puentecillo que cruza el arroyo de Arangorena. Por la mañana visitarán las casas de los notables durante la barricada. A la tarde tendrá lugar la representación teatral, donde se muestra la escenificación de oficios antiguos y la destreza bailarina del grupo rojo en la explanada que con el foro público del frontón acoge fiesta y vivencias.
La maskarada zuberotarra es una compleja escenificación que nos hace preguntas todavía en el siglo XXI: gorria delante de beltza, ¿el bien ante el mal? Barricadas y asaltos, visita de familias, danzas, representación y desenlace final con el travieso Pitxu fuera de combate. Que haya parecidas figuraciones en la Antigua Grecia o en viejos rituales iniciáticos en tribus afincadas en lejanos puntos del planeta nos trae al recuerdo que en ellas la naturaleza siempre está presente, los animales -gato, caballo, oso…- el entorno verde y por fin la plaza.
No en vano la aldea de Urdiñarbe tiene una vieja tradición pastoril y es una de las paradas de la trasterminancia de los rebaños que ramonean en los pastizales de Arbaila. Allá arriba, escondidos entre profundos hayedos y enriscados lapiaces, algunos pastores sostienen sus ganados desde el comienzo de la primavera hasta entrado el otoño. El paso de la mascarada entre sus casas parece ser una bella puerta en el calendario para echarse al monte siguiendo la vieja calzada en la que alguien ordenó las piedras para que hicieran camino e historia hasta el singular polje de Elsarre. Siempre entre hayas centenarias, en el silencio que en Arbaila suena a música celestial.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión