El lenguaje secreto con el que murmullan los árboles
Comparten nutrientes para cooperar y ayudarse unos a otros, se comunican para alertar de plagas y hasta se hacen «amigos»
Existen desde hace 370 millones de años y después evolucionaron en diferentes especies. En Europa, el más antiguo es un tejo de más de 2. ... 000 años en la Sierra de Cazorla. Los árboles ofrecen sombra y agua, limpian el aire, secuestran emisiones contaminantes, regulan la temperatura, crean paisajes, cobijan a los animales, nos abstecen de madera, de alimentos como setas y frutos, de paz... Y son seres vivos capaces de comunicarse con sus semejantes y alertarles de peligros de una forma que se sigue investigando. Además, cooperan entre sí. Es decir, no actúan como individuos aislados, sino que forman comunidades vivas y «redes» cooperativas.
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Tipos 182 especies en la Península Ibérica.
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El más antiguo n tejo que supera los 2.000 años en el corazón de la Sierra de Cazorla, en Jaén.
Los árboles 'hablan' de diferentes formas. Algunos expertos sostienen que emiten ultrasonidos, que liberan compuestos volátiles para alertar a sus congéneres o incluso emiten señales visuales, a través del color de sus hojas o de la forma de sus ramas. A mediados de los años noventa, la ecóloga canadiense Suzanne Simard demostró que intercambian nutrientes y señales químicas a través de redes de hongos micorrícicos que forman un sistema de conexiones subterráneas capaz de unir árboles de distintas especies a lo largo de kilómetros. A través de estas redes, los árboles pueden transferirse nitrógeno, fósforo, carbono e incluso mensajes bioquímicos para alertarse del ataque de plagas, sequías... De hecho, se han descrito casos en los que reaccionan de forma común ante una plaga o ataque.
Además, se constató que existen árboles madre, ejemplares de gran tamaño y antigüedad que funcionan como nodos principales que cooperan en mayor medida con los ejemplares más jóvenes o débiles. Y que los árboles viejos ceden nutrientes, agua y dejan espacio de luz para que los retoños puedan prosperar. En bosques mixtos, las coníferas ayudan a las caducifolias en invierno y reciben su apoyo en verano. Porque los árboles se hacen «amigos» de otros ejemplares. Los más conectados entre sí dependen en mayor medida el uno del otro. Si su «amigo» muere, el otro puede enfermar e incluso morir. Como en 'Avatar'.
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