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La Ribera es el sur del norte, al menos en Navarra. Este territorio de llanuras y huertas, vecindario de álamos, sauces y chopos que ... dan sombra al Ebro, aguarda a sus visitantes con la mesa puesta. Comer bien resulta sencillo gracias a la tradición hortícola heredada de los árabes. Los vegetarianos adorarán el enclave, los carnívoros se rendirán a la excelencia de estos productos. Alimentará el alma, que también necesita menú, la cultura nacida del encuentro entre civilizaciones. Por su capital, Tudela, pasaron musulmanes, judíos y cristianos; poetas, filósofos y viajeros. ¡Y ahora, tú! Actividades no faltan. La estrella: un recorrido por las Bardenas Reales.
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Cuando un paisaje es capaz de enmudecer a quien lo mira, cuando se convierte en espectáculo sin necesidad de aditivos, hay que conocerlo. Si además Paco Irizar, de Activa Experience, comenta la historia del lugar, su fauna y flora, el interés aumenta. Añadir una ruta en buggy, casco y sensación de aventura mientras las ruedas del vehículo se amarran a pistas y rocas, superan baches y laderas, garantiza el éxito de la excursión.
Cuando accedas al singular espacio, de aspecto más lunar que terrestre, no te dejes engañar por su apariencia inhóspita. Las Bardenas Reales dibujan formaciones en la tierra a lo largo y ancho de 42.500 hectáreas, explica nuestro cicerone. La erosión dispuso de todo el tiempo del mundo para labrar con arte, esculpió formas imposibles. Barrancos, mesetas y cerros solitarios modelan la zona de aspecto desértico que, como un camaleón, muda de tono, dorado por la mañana, rojizo al atardecer. El Alto de Aguilares o el Balcón de Pilatos observan el mundo; el Vedado de Eguaras añade oasis a la obra; Pisquerra expone las formaciones más espectaculares de este museo natural declarado Reserva Natural de la Biosfera por la UNESCO.
«Son muchas las películas, anuncios y vídeos rodados en la zona, muchos los visitantes ilustres. Por aquí han pasado Ridley Scott, Steven Glashier, Vanessa Paradis, Paloma Faith, Chrissie Hynde, Vanesa Martín, Lena Meyer...», enumera. Esta vez tú serás el protagonista de la visita en la que aprender que dos Bardenas componen el entorno: la Blanca –central– y la Negra. «A ellas se suma, al norte, el plano de tierras de cultivo».
Teléfonos 948850448/654500512. Web activaexperience.com
Cuando la tierra de las Bardenas Reales impregne tu cuerpo y tu ropa tras la ruta en buggy o necesites reposo tras una jornada de actividades, lo mejor es desprenderse del cansancio gracias a una ducha dentro de una cueva. Ya que has acudido a ver rocas, nada mejor que dormir dentro de ellas. Con todas las comodidades. Adultos y niños cruzarán sus fronteras encantados, pues es toda una experiencia. Algunas tienen un divertido toque laberíntico, con pasillos que conectan habitaciones, sala, cocina y baño. Otras parecen compactas, pero todas son coquetas.
Las Cuevas Rurales de Bardenas esperan en la montaña de Valtierra, cerca del acceso a la reserva natural. Rubén Mendi aguarda en la puerta, como buen anfitrión. Singulares, mezclan tradición y modernidad. Ofrecen terraza privada y desayuno abundante, si te apetece, espacio para hasta siete ocupantes y lugar donde aparcar. La estancia redondea ese punto de peripecia que buscas en este viaje, marca por su originalidad. ¿Cuántas oportunidades tienes de dormir cómodamente en la oquedad de una piedra?
Teléfono 948843225. Web www.lasbardenas.com
Nos gusta remar, especialmente sobre ríos de nombre contundente, como el Ebro. Entre arbolado en las orillas, con el trino de los pájaros acompañando la travesía. El silencio se adueña del espacio, esencial después de tanto claxon y charla extenuante por Skype o en persona. Adoramos la desconexión que favorece el deporte sin esfuerzo excesivo, la paz, mientras las gotas salpican el cuerpo en cada giro de remo y el sol tuesta la piel.
Las piraguas ofrecen diversas opciones. Hay una ruta interpretativa junto a Tudela, con guía que narra su historia, patrimonio y naturaleza, accesible a toda la familia. O un descenso de tres horas para intrépidos. O al ocaso, para disfrutar del atardecer y la luna llena. «El Ebro proporciona un entorno desconocido, mas aún su interior. Invitamos a descubrir sus encantos dejándote llevar por aguas tranquilas. Los participantes observarán el hábitat, la fauna y flora», comenta David Espino. Aviso para quienes se sientan torpes: la salida se hace desde un punto de fácil acceso, muy sencillo. Antes recibirás un curso básico sobre manejo de la piragua… no es necesaria experiencia.
Santi Lorente ama esta ciudad y se nota. Sabe tanto que precipita su historia en cascadas. Es uno de esos guías que siente lo que cuenta, le sobra emoción. El recorrido a su lado transcurre por el casco histórico de Tudela. Se detiene en la Puerta del Juicio de la catedral de Santa María, tallada al detalle. Allí podrás leer como en un cómic dibujado hace siglos e imaginar la impresión de quienes accedían al templo al observar los detalles.
Mezcla de románico y gótico, escenas del Génesis, Antiguo Testamento y Juicio Final pueblan la obra. Advierten sobre lo que no hacer para llegar al cielo. Con excesiva claridad. A la izquierda el Paraíso y los premios para justos; a la derecha el infierno y los pecados. Destacados, avaricia, gula o blasfemia. Y especial atención para la lujuria, cómo no. Buscar cada escena supone un reto. La mujer atacada por reptiles en pechos y genitales a la que los diablos enseñan un espejo, por su vanidad y orgullo. La pareja adúltera que acabará quemada en la marmita. El demonio transportando a dos sodomitas colgados boca abajo, por aquello de tratar con 'invertidos'. Pocas cosas son tan aleccionadoras como un dedo acusador… salvo un pórtico completo.
Tras el análisis exhaustivo llegarán los palacios renacentistas y barrocos, «un trazado en el que descubrir el crisol cultural que es Tudela, una ciudad llena de anécdotas, fuente histórica de riqueza en la que cada calle guarda un secreto. Y diversa, pues por allí pasaron vascones, celtas, romanos, visigodos... y convivieron, durante más de 400 años, musulmanes, judíos y mozárabes», confirma.
Teléfono 680886318. Web tudelamepone.com
Todo queda en familia en la Bodega Marqués de Montecierzo, que se lo pregunten a Joaquín Lozano, quien empuja el proyecto desde la veteranía con el apoyo de su hijo Roberto. El esfuerzo de su clan ha logrado convertir el edificio de la antigua harinera de Castejón de Ebro en hogar de caldos. Apuntarse a sus visitas es inscribirse en una ruta a través de dos historias, la familiar y la enológica. Amantes de la viticultura, cuentan con finca de 22 hectáreas de viñedos.
Tintos, crianzas, reservas, moscateles, rosados y blancos pueblan el lugar, también barricas de roble francés y americano. No son los únicos habitantes. Sorprenden las cigüeñas que han decidido instalar sus nidos sobre el inmueble. Señoras del cielo, observan a los recién llegados desde su atalaya, mientras el turista se pierde entre paredes de un metro de grosor capaces de conservar temperatura y humedad idóneas para los caldos. El paseo incluye la sala-museo, donde aguardan útiles relacionados con el edificio y la tradición familiar, las salas de barricas y de fermentación y una cata de cuatro vinos: crianza, moscatel, rosado y blanco Chardonnay.
Teléfono 948814414/619405523. Web www.marquesdemontecierzo.com
Catar vino es habitual, pero en este caso elegimos el aceite. Para oler y degustar, untar en una rebanada y distinguir matices en Fontellas. Antes de sentarte a la mesa conocerás las instalaciones de quienes transforman la aceituna en denso líquido y el olivar donde dormitan esos pequeños regalos de la tierra capaces de convertir la comida en manjar.
«Nos encontramos en un entorno único que debemos conservar para las generaciones futuras. Hay que aprovechar los recursos de esta tierra, de la que obtenemos el producto», comenta Andrea Urzaiz desde Artajo. Allí miman su parcelita de mundo. Mediante el riego por goteo, que controla el crecimiento y calidad del fruto sobre una plantación en su mayoría ecológica con edificios sostenibles y energías renovables. «Se genera un hábitat adecuado para la fauna, en la finca hay perdices, conejos y liebres», añade. También pasan garduñas, tejones, águilas reales, búhos, cernícalos, milanos… incluso zorros.
Conocerás la almazara, donde muelen la aceituna, situada en el centro de la plantación para facilitar el mínimo transporte. «La cosecha se realiza al mismo ritmo que la molienda, evitando el almacenaje que actúa en detrimento de la calidad del zumo», asegura. Terminadas la visita y la cata, llevarás a casa seis variedades de aceite Artajo 10.
Teléfono 948386225. Web artajo.es
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