Las controladoras de plagas a las que es mejor no molestar

Pájaros y flores

• En la Península Hocicuda, aspid y seoane

• Mortalidad Del 0,1% al 0,3%

• ¿Qué hacer? Llamar al 112, mantener la calma (nunca correr)

Diferenciarlas de las inofensivas culebras no es fácil, pero tampoco imposible. Mientras las víboras tienen la pupila en vertical en las culebras es redonda; su cabeza es más triangular y en dos de las especies presentes en España, termina con una especie de hocico levantado; las escamas de la cabeza son más pequeñas y numerosas. Y una pista más, en su posición de defensa, se enroscan y mantienen la cabeza levantada y algunas incluso 'bufan'

En la Península existen tres especies: la víbora hocicuda (al sur de la Cordillera Cantábrica), la seoane (toda la franja cantábrica hasta el borde de los Pirineos) y el aspid (desde Cataluña hasta Cantabria, incluidos los Pirineos, La Rioja, Álava y el norte de Burgos). No obstante, confluyen en una pequeña franja.

Aunque muchos creen que tienen patrones de piel muy marcados (grises o marrones con dibujos negros en zigzag) la realidad es bien distinta. Su abanico de colores va desde el gris perlado hasta el anaranjado, pasando por tonos pastel, marrón chocolate o rojo. También se han encontrado ejemplares negros.

Ante el ser humano huyen, pero si muerden su veneno pueden ser mortal para niños y personas mayores o con alguna patología. En todo caso, siempre hay que acudir a un centro médico, no correr -para que la sangre no circule rápido- y nada de succionar o aplicar remedios 'de la abuela'. Acosadas por la presencia humana y por un hongo que las afecta mortalmente, las tres especies de víboras ibéricas están protegidas y evitar sustos pasa por unas buenas botas, pantalón largo y poner atención dónde pisamos o nos sentamos.