Conciertos, juegos, gastronomía y deporte rural marcan el arranque de las fiestas en Bizkaia

Las ganas retenidas producen el mismo efecto que las burbujas en el champán, que estallan cuando se abre el tapón. Había mucha sed de fiesta tras dos años de abstinencia obligatoria, por lo que los txupinazos que dan comienzo a las jaiak de cada pueblo y ciudad sonarán a brindis. Algunos municipios y barrios ya han descorchado sus programas, otros están a punto de servirlos en las copas. Sus calles se inundan de la intensidad que la pandemia ha escatimado, regresan a ellas gastronomía popular y tradiciones, música y concursos. Son momentos de estreno y acervo, nuevos o heredados por los vecinos de hoy que siguen las costumbres de los de ayer.

Bizkaia se viste de buen ambiente, despierta para recuperar su esencia. Vestida de arrantzale o de aldeana, coloca la pañoleta alrededor de su cuello, el gerriko en la cintura. Es hora de reconquistar el terreno, de sacar las abarkas del armario y desempolvar las ganas de disfrutar la vida. Ha llegado el momento de compartir con otros, de respetar a todos, de gritar «Gora…!» y terminar la frase como cada fiesta reclame. Aprovechamos estas líneas para acercar algunas de ellas. Labor de cada cual será profundizar in situ.

San Antonio es un patrón muy celebrado, distintos pueblos hacen cola para homenajear su nombre. Igorre se vuelca en sus fiestas patronales y con la localidad lo hace toda la comarca de Arratia. Vigilan la jarana los parques naturales de Urkiola y Gorbeia, guardaespaldas del lugar que decoran el entorno. Las cimas del Mandola y Aramotz otean curiosas el evento, mientras el río Arratia riega la tierra que locales y visitantes pisarán. Los ojos fijan su atención en el bertsolari Kepa Intxausti, encargado de lanzar el txupin este año. Hay nervios. Ilusión.

Las cuadrillas aguardan impacientes, han pasado tiempo deseando que la mecha prenda estos días en los que demostrarán habilidades gracias a sus olimpiadas. Igual que el resto de igorreztarrak, saben que la gente se vuelca en los actos más esperados, «el concurso de paellas y el de tortillas», aseguran los organizadores. Cocineros aficionados encenderán los fogones con la idea de demostrar sus artes culinarias. El sábado 11 para el primero, el viernes 17 para el segundo.

Destacan también «la herri bazkarie, el sábado 18 a las dos de la tarde», suma de quienes desean sentirse corazón palpitante del lugar. «Y la mozorro gaube el jueves 16, a partir de las 21.00 horas, o el rallye humorístico el 18, a las 17.30», aclaran. Se acumulan las opciones, amontonándose para reclamar su momento de gloria. Lo mejor, que cada cual elija las preferidas entre taller de goitiberas, sesión de zumba, juegos para niños, conciertos…

Tradición manda en este caso, y lo que sugiere es rodear la conocidísima roca 'tximistarri'. Espera frente al santuario de Urkiola, dispuesta a recibir pleitesía. El amor nunca sobra y encomendarse a San Antonio con la idea de que lo facilite, o al menos conceda un deseo, tampoco. Siete veces has de dar la vuelta a la piedra en el sentido de las agujas del reloj, después solo habrá que esperar a que el tiempo traiga la pareja. Confía, por algo te encomiendas el defensor de las cosas y causas perdidas.

Tampoco es obligatorio marearse, muchos romeros se dedican solo a disfrutar de la feria. Imagina, 34 productores, 5 de ellos de artesanía. Unas 150 cabezas de ganado, fundamentalmente bovino y caballar. Los trikitilaris de Trikileku Taldea y los bertsolaris Angel Mari Peñagarikano y Millan Telleria amenizarán la cita que, por supuesto, reserva espacio a las misas en el templo, la mayor a las 12.00 horas. El entorno, con el Parque Natural de Urkiola como escenario, facilita la inmersión en el pasado.

Eso, el lunes 13 de junio. Si no puedes pasarte esa jornada apunta el día 19, domingo de repetición. Arranca a las 12.00 con misa mayor. Volverá la feria de productos agrícolas. Y a las 12.45 han preparado un campeonato de Euskadi de Herri Kirolak con levantamiento de piedra para mujeres y hombres en categoría kintopeko. Para acabar con otro clásico: romería tradicional con Eingo Taldea a las 16.00 horas.

Un búho con txapela y cara de pillo se alza como símbolo de las fiestas dedicadas, nuevamente, a San Antonio. Se llama Kukutxo y, como el resto de vecinos, está deseando retomar las buenas costumbres. «Sacar los trajes del armario, plancharlos, hacer camisetas... ¡Ay, cómo echábamos de menos este olorcito a fiestas! Qué ansiado ese reencuentro en Zintururi, a la espera de la llegada de Kukutxo, para después del txupinazo recorrer las calles de nuestro barrio, llenarlo de colores, bullicio y mucha vida!», aseguran desde la comisión de festejos.

El resumen de los actos más característicos lo facilitan ellos. Esencial: la Liga de cuadrillas. «Cada grupo suma puntos tras superar pruebas a lo largo de los días para ganar la ansiada bandera, que llevará el nombre de la cuadrilla ganadora bordado para siempre». Entre los diversos retos puntúan los concursos gastronómicos, qué sería de unas fiestas vascas sin un buen plato que llevarse a la boca.

Comida, en este caso, habrá de sobra: panceta, churrasco, costillada, brochetas, morcilla, paellada, chorizada, chocolatada, sardinada, salchichada… si alguien se queda con hambre será porque es vegetariano. Entre lo importante para ver, ponen nota alta a la subida de carros el 17 junio desde las 20.30 horas en la calle Galicia. Y al Cuadringo, bingo de cuadrillas donde lo importante para ganar es perder la vergüenza.

Dos recomendaciones extras: Los amantes del motor cuentan con exhibición retroclásica (domingo 12 a las 17.30 h.) compuesta por joyas sobre ruedas que marcaron época. Y con la idea de que los más jóvenes conozcan la tradición, el Oktoclón (lunes 13 a las 18.00 h.), gincana sobre costumbres de Euskal Herria.

A veces tres jornadas bastan para reforzar aún más en un barrio su conciencia de serlo. Si la suma de almas da como resultado alegría y bullicio, el éxito de la misión está asegurado. Participar en las fiestas de un lugar más pequeño ayuda a cambiar el punto de vista, añade una nota de peculiaridad. El cartel más importante en las de Legaño lo luce el X Jose Ramon Korpion Memoriala, concurso dedicado a un rey de nuestra mesa, el bacalao al pilpil. Horario de presentación del plato tras mimarlo: las dos de la tarde. Inscripciones, hasta el 10 de junio. Premios, en metálico para los tres primeros, aunque lo importante no sea ganar sino participar.

Verbenas y romerías han hecho bailar a muchos con muchas, en grupo e incluso a solas durante años. Sin música una fiesta cojea, falta ese toque sonoro que impregna el ambiente. Podrás demostrar tu ritmo el viernes 10 desde las 22.00 horas. Ese día toca al público mover los pies; otro convertirse en espectador del alarde de danzas vascas.

Quienes las practican salvan un legado nacido siglos atrás, reviven con cada actuación parte de nuestra idiosincrasia. Iremine y San Lorenzo Dantza Taldea se encargarán de esta labor el 12 de junio a las doce del mediodía. Después viajarás desde el País Vasco al resto del mundo gracias a los talleres de henna, de trenza, a la batikumba y a la degustación de comida del mundo preparada para las 13.30 horas.

Gallarta se asienta sobre un suelo donde el hierro enraizó con fuerza, por eso su pasado mineral pesa. No es casualidad que el símbolo de sus fiestas, la dama Kontxa, aparezca subida a una vagoneta, sonriente, con los brazos en alto como si quisiera gritar al mundo «¡Aquí estoy y conmigo llega la festividad de San Antonio!». Preside la bajada del día 10 desde el Museo de la Minería hasta la Plaza Eusko Gudariak, a las 18.00 horas. La acompañan vecindad, la Escuela de Música de Abanto y el grupo de danzas Meatzaldeko Harrigorria Dantza.

Después, la norma indica el orden de acontecimientos. Primero bailar jota y arin arin. Segundo escuchar el pregón, este año a cargo un grupo de montaña, otro elemento esencial en la sociedad vasca –el Club Alpino Gallarreta cumple 50 años, por eso ha sido elegido–. Tercero, txupinazo y gran suelta de confetis, lluvia de color que el público recibe sin paraguas. Y ya está el lío montado.

Si continuamos por orden, entre las muchas propuestas, el 11 de junio a las 11.30 horas se programa una actividad de moda en el Parque Blasco Ibáñez: juego de escape interactivo para personas a partir de 12 años, grupos de amigos y familias. Queda sitio también para el recuerdo con la liga de barrenadores, a las 13.30 en la Plaza Dolores Ibarruri. Más tradición: partidos del Torneo de Bizkaia de pelota a las 17.30 horas en el frontón Txikito.

Entre la música, el día 17 sones de trikitixa con Gozategi a las 20.00 horas en la Plaza Eusko Gudariak. Cambio de tercio a las 23.30, con recuerdo a grupos famosos en la Noche Tributera dedicada a Platero y tú, Extremoduro y Marea –el 13 a las 19.00 hay tributo a Sabina–. Para cultivar la gastronomía, Concurso de paellas, el 19 de junio. Y con la idea de tener la fiesta en paz, entre otras acciones, decálogo por la igualdad que colocarán en formato cartel por barrios, bares, txoznas y barracas, más dos pancartas en los escenarios con un mensaje que desde estas líneas repetimos: «Las mujeres queremos ser libres, no valientes».

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