El camino olvidado a Santiago
Una ruta ancestral y apenas transitada ahora une Bilbao con el Camino Francés, aunque merece la pena por su riqueza paisajística y patrimonial. He aquí las siete etapas que recorren el País Vasco y su entorno más cercano
Su nombre sugiere cierto misterio: Camino Olvidado a Santiago. ¿Se perdió en la memoria? ¿Desapareció del mapa? ¿Hubo interés por ocultarlo? La respuesta es ... más prosaica y tiene que ver con el uso. Recién nacida la ruta de peregrinaje, se encontraba entre las primeras para acudir al sepulcro del apóstol. Competía con los caminos Primitivo y de la Costa entre los siglos IX y XII como una de las sendas más antiguas.
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El itinerario discurre por valles cantábricos meridionales. A través de sus tierras algunos devotos llegaban a Compostela. Otros superaban la difícil costa cantábrica o discurrían por los pasos de la cordillera de mismo nombre y por los antiguos caminos romanos. Cuando la frontera con los musulmanes fue asegurada y el reino de León se afianzó al sur del Duero, el Camino Francés ganó la partida. El tramo olvidado sale de Bilbao y exhibe una riqueza patrimonial y natural de primer orden: los paisajes burgaleses regalan bosques, cascadas y rocas esculpidas por el agua, mientras que en Palencia destacan las iglesias románicas. En estos párrafos trataremos solo las etapas vascas, burgalesas y cántabras, todas fáciles.
Etapa 1
Bilbao-Güeñes
La marcha arranca en la catedral bilbaína de Santiago, tras cruzar sus puertas repletas de recuerdos jacobeos. La del Ángel cuenta entre sus arcos platerescos con una concha que despide a quienes abandonaban el templo. La principal luce conchas y cruces de Santiago. Habrá que seguir junto a la ría hacia el Guggenheim y después a Zorroza, alejarse de la ciudad. El camino discurre igual que el del Norte hasta pasado el 'Puente del Diablo'. Sigue hacia Alonsotegi donde aconsejan tomar descanso y pintxos para afrontar los 25,3 kilómetros. Alcanzarás Sodupe y acabarás en Güeñes, para admirar la belleza de la portada en la iglesia de Santa María y la Torre de la Quadra, a lo lejos, en una suave ladera desde donde domina la entrada al valle. Perteneció al linaje de La Quadra Salcedo, que participó en las guerras de bandos del lado de los oñacinos.
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Etapa 2
Güeñes-Nava de Ordunte o Villasana De Mena
Existen dos opciones. La más sencilla supone un agradable paseo a Zalla, para tirar después hacia Balmaseda, donde visitar La Encartada y el Centro de Interpretación de La Pasión. Conviene admirar el Palacio Urrutia, el Buniel, la iglesia de San Severino y el Puente Viejo. Después, el caminante entrará en Burgos por el puente de las Oleas, llegará al Valle de Mena por El Berrón. Desde ahí hay que dirigirse a Santecilla y elegir, a la derecha, la opción de Nava de Ordunte para completar los 22,9 kilómetros. La segunda posibilidad se alarga 27,5 kilómetros. Acerca a Zalla para acceder más tarde a Balmaseda. Dice adiós a Bizkaia por el puente de Las Oleas y entra al Valle de Mena por El Berrón. De ahí sigue a Santecilla. Recto, bajo las vías del ferrocarril, afronta una subida atravesando el arroyo protegido por bosque hasta Menamayor. Desciende a Villasana de Mena, donde confluyen los Caminos del Valle de Mena y el Olvidado. La Villa cuenta con ese título desde el siglo XII, concedido por Alfonso VIII. En el conjunto histórico se halla la plaza de Santa Ana, con dos edificios vinculados a Sancho Ortiz de Matienzo, hijo ilustre: su casa-palacio familiar y el convento de Santa Ana, ambos de finales del XV y principios del XVI, con elementos mudéjares.
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Etapa 3
Nava de Ordunte o Villasana De Mena-Espinosa de los Monteros
La salida dependerá de la opción que elegiste la jornada anterior. Desde Nava hay 34,4 kilómetros. Bordearás el embalse de Ordunte. Ya en el Alto de El Carel desciende por Ordejón hasta la ermita de Taranco. Según defienden algunos historiadores, en su acta fundacional aparece por primera vez la palabra 'Castilla' escrita. Continúa por Hoz de Mena hasta Concejero. Contempla los escudos de los caballeros de Santiago y Arceo. Accede a las cascadas del Hijuela siguiendo la calzada medieval, el Real Camino de las Enderrozas. El agua acompaña en el bosque hasta afrontar el Alto del Cabrio. Verás robles centenarios en Villasante y la Loma de Montija antes de entrar a Espinosa de los Monteros, donde abundan palacios, torres defensivas, iglesias y casas blasonadas. Si partes de Villasana has de hacerlo hacia Caniego para ascender por Ordejón de Mena. Baja hasta la ermita de Taranco. A partir de ahí las indicaciones son las mismas, pero solo cubrirás 28,1 kilómetros.
Etapa 4
Espinosa de Los Monteros-Santelices
Ve paso a paso al lado del río Trueba, por la senda de la Sonsierra hasta el Espacio del Monumento Natural Ojo Guareña, donde maravillarte. En Quintanilla del Rebollar admira la arquitectura típica; encontrarás la Casa del Parque de Ojo Guareña. Sigue hasta Quisicedo para contemplar la iglesia de advocación a Santiago. Elige la Senda del Valle a Villabáscones, allí espera la necrópolis de San Félix con más de 25 tumbas antropomorfas. En Entrambosríos, cuyo nombre se debe a que el pueblo está rodeado por dos afluentes del Ebro, el camino se bifurca en un par de posibilidades: hacia el túnel de La Engaña, más larga, o directamente a Santelices por el frondoso bosque, más corta. Su iglesia es barroca, con una sola nave y la sacristía adosada en el lateral. Distancia total: 24,9 kilómetros.
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Etapa 5
Santelices-Arija
Atraviesa el río Engaña por el viaducto de la antigua vía de ferrocarril sin acabar, convertida en Camino Natural. Llega a San Martín de las Ollas, de donde procedía el beato franciscano fray Manuel Ruiz, superior del convento de Damasco, martirizado y muerto en 1860 en esa ciudad. Sube hasta un curioso puente de piedra, después a Argomedo y más tarde a Soncillo, donde descansar. Te lo has ganado tras tanta cuesta. Recuerda que allí destaca la plaza rodeada del caserío con galerías acristaladas y soportales. La tranquilidad regresa al pasar por diversos pueblos hasta Arija y sus playas naturales, junto al embalse del Ebro. El río parte el municipio en dos barrios, el de Arriba o Antiguo y el de Abajo, de Vilga. Como curiosidad, en junio de 1932 se realizaron allí con éxito las pruebas del planeador construido por el cántabro Juan de Viana. Habrás cubierto 25,8 kilómetros.
Etapa 6
Arija-Olea
El peregrino rodeará el embalse del río. Al salir aparece el cartel de entrada a Cantabria. Bimón será el primer pueblo antes de llegar a zona montañosa. Pasarás junto a robles hasta Villafría y Retortillo. Las ruinas del asentamiento romano de Juliobriga recuerdan su fundación en torno al año 15 a.C., en un enclave estratégico, entre la costa cantábrica y la meseta castellana. Controlaba los territorios dominados tras el final de las Guerras Cántabras en el 19 a.C. La ciudad integró presumiblemente a los pobladores cántabros nativos, que debieron abandonar sus castros para facilitar el control a Roma.
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Después sube por un hayedo. Baja y, tras pasar el ferrocarril, llegarás a Cervatos donde aguarda la magnífica colegiata de San Pedro, joya del románico erótico. Tiene dos fechas fundacionales, la primera del 1129, la segunda del 1199. El trazado coincide con el Camino de la Calzada, proveniente de Suances. Has de cruzar la autovía por un paso elevado para afrontar la última subida que llevará a Olea tras 31 kilómetros de caminata.
Etapa 7
Olea-Aguilar De Campoo
Tramo de 24,3 kilómetros. Antes de irte, pasa por la iglesia de Santa Eulalia. Elige un camino entre prados. Recorre el admirable puente romano de la calzada entre Pisoraca y Portus Bleium. Acabarás en Casasola, divisando a los lejos los menhires La Matorra I y II. Entra por Quintanilla y Quintana hasta Las Henestrosas. Después llega la pista, los sembrados verdes, repletos de luz. Al dejar atrás Cuena abandonarás Cantabria para entrar en Palencia por Nestar y su puente romano, Puenteperdiz. Después de pistas y un tramo de carretera aparece Grijera. El Camino sigue hasta Aguilar de Campoo, localidad palentina presidida por el castillo, la colegiata y sus siete puertas. Pueblo monumental, declarado Conjunto Histórico Artístico, se ha convertido en un museo al aire libre con más de cien blasones repartidos entre casas solariegas y palacios. Aquí es donde el Camino Olvidado se separa del Camino de la Calzada, que sigue hacia Carrión de los Condes (a unos 70 kilómetros), donde enlaza con el Camino francés.
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