Un balcón de paisajes en Gorramendi
Baztan (Navarra) ·
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Baztan (Navarra) ·
A Gorramendi se puede ir a hacer muchas cosas. Se puede ir a buscar oro, como hicieron los romanos; se puede ir a dar de ... comer a los buitres, como hacen los guardas en su muladar; se puede ir a ascender montañas y recorrer senderos, como hacen decenas de excursionistas; filmar películas, como hicieron los equipos de la titulada 'Baztan'; se puede ir a buscar los restos de la base americana, como hacen algunos cazatesoros; y, además, a admirar los crepúsculos, como hace un servidor de modo recurrente.
Porque Gorramendi está alto, muy alto sobre el valle de Baztan, y por eso es la primera cima que supera los mil metros en el oeste del Pirineo. Por su prominencia en el relieve que la rodea esta montañita es un balcón excepcional para mirar al Pirineo. Aquella cadena despliega de modo magistral su horizonte de alturas y propone sucesiones de planos encantados por las brumas; allí destacan siempre la pirámide de Auñamendi y su casi paralelo Midi d'Ossau, y entre ellos un sinfín de picos de sierra que nos invitan a reconocerlos y a recordar si un día pisamos sus caminos.
Los paisajes sobrecogen, pero quizá aún más saber que esta montaña estuvo prohibida mientras estuvo activa en ella, entre 1954 y 1974, una base de comunicaciones estadounidense. Instalada en la Guerra Fría formó parte de la red europea de alertas de la Fuerza Aérea de EE UU para prevenir cualquier posible ataque soviético. En Gorramendi se construyó hasta la cima una pista pavimentada de 11 kilómetros; arriba estaban las antenas, en la vecina cumbre de Gorramakil los radares, y en el collado de Itzulegi un importante despliegue de edificios donde no faltaba biblioteca, iglesia, restaurante y cine, un auténtico pueblo donde solo entraban los militares y gente de servicio, la moneda era el dólar y se hablaba inglés.
En Gorramendi se filmaron hace unos años algunas de las más espectaculares escenas de 'Baztan', donde los secuaces del señor de Ursua arrastran a caballo un cadáver. También los buitres de Gorramendi son protagonistas en alguno de sus planos y las laderas que llegan al puerto de Itzulegi sirvieron para la apuesta que Xion, uno de los actores de la película, representa cargado con sacos de arena sobre sus hombros.
En esta montaña, repleta de megalitos, de crómlech y túmulos, se perciben los esqueletos de las instalaciones americanas pero se esconden a la vista los terraplenes de la explotación minera que los romanos practicaron mediante el sistema de «ruina montium» entre la colina de Meatzeko bizkarra y Naasko erreka. ¿Sacaron oro? ¿Plata quizá? No lo sabemos, pero algún día volveremos sobre sus pasos para intentar encontrarlo en el vecino valle de Aritzakun.
Desde Gorramendi lo veremos todo, el valle de Baztan y el Pirineo, también las gargantas profundas y las laderas cuidadas como huertos, los monumentos megalíticos y los cordales que fueron dominio de contrabandistas. Gorramendi mira a los cuatro vientos, vigila todas las tierras del Baztan, también las de la Baja Navarra, mira incluso las montañas vecinas que le hacen competencia, como el esbelto Alkurruntz, también las aldeas que se estiran a sus pies como Amaiur. Excusa suficiente para ir.
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