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Imagen de 'The Walking Dead'. RC
Walking Dead zombies final | Por qué dejé de ver 'The Walking Dead'

Por qué dejamos de ver 'The Walking Dead'

La serie sobre zombies, que en su día fue fenómeno, ha llegado once temporadas después a su episodio final, que ha pasado bastante inadvertido

Mikel Labastida

Valencia

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Lunes, 21 de noviembre 2022, 08:39

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En octubre de 2010 el fenómeno zombie resucitaba tras el estreno de 'The Walking Dead', la serie basada en los cómics de Robert Kirkman, Tony Moore y Charlie Adlard. No es que el subgénero se hubiese extinguido ni mucho menos pero llevaba tiempo sin lograr un lustre como antaño tuvo con otras ficciones. AMC había echado el resto con la adaptación de estas viñetas, que ya acumulaban cientos de seguidores, colocando al frente del proyecto a Frank Darabont, director de 'La niebla', e invirtiendo una ingente cantidad de dinero en su promoción.

Y el objetivo se logró. La primera temporada, que presentaba un mundo postapocalíptico, invadido por zombies en el que varios supervivientes trataban de organizarse y de luchar contra la plaga, logró un éxito rotundo. Sus escenas de acción, sus giros de guion y sus potentes protagonistas consiguieron atrapar a una legión de seguidores que deseaban continuar conociendo el destino de estos personajes. A la estela de este éxito surgieron en otras cadenas y plataformas títulos similares que perseguían la misma suerte.

El interés por 'The Walking Dead' pervivió varios años. Logró ser una especie de sustituta, en lo que se refiere a fenómeno fans, de 'Perdidos' y rivalizaba con 'Juego de Tronos' -que comenzó en 2011- en cuanto a atención mediática cada vez que ambas presentaban nuevos episodios. Pero el exceso de temporadas y la avaricia por poner en marcha varios ´spin-offs' terminó por agotarla y fue dejando de interesar a gran parte de su audiencia.

Tras 11 temporadas y 177 capítulos la serie ha llegado a su fin con un desenlace (emitido el domingo 20 en Estados Unidos y el lunes 21 en España) que ha pasado casi inadvertido. Poca gente quedaba a estas alturas para conocer cómo se cerraba la historia. Para saber a qué se ha podido deber este desgaste preguntamos a cuatro colaboradores de Pantallas, que empezaron a ver la serie en su día, las razones que les llevaron a abandonarla.

Borja Crespo: «Se convirtió en un culebrón»

'The Walking Dead' no parece tener límite, y por ende el fenómeno zombi, con multitud de películas, series y toneladas de merchandising invadiendo la industria del entretenimiento. Cabe recordar que todo parte de un cómic con guión de Robert Kirkman y dibujos de Charlie Adlard -excepto las siete primeras entregas, obra de Tony Moore-, convertido en un hito de la cultura popular contemporánea que sigue ampliando su universo, estirando el chicle al máximo. Las viñetas de partida escapaban a la fiebre incontrolada de muertos vivientes, atendiendo a su calidad, por encima de la media. Pasearse por los lugares comunes del género esgrimiendo cierta originalidad era uno de sus puntos fuertes. Sin embargo, la serie en imagen real, tras una temporada inicial interesante, a cargo del siempre sugestivo Frank Darabont, aceptó sin tapujos su condición de culebrón in crescendo, fiel a su defensa del concepto de familia tradicional. Importaban más los chascarrillos y las rencillas entre los personajes, sin mucha enjundia, como en una serie turca.

La conciencia de grupo y las zonas grises que aparecen a la hora de retratar el egoísmo del ser humano, y el instinto de supervivencia que nos empuja a emplear la violencia de un modo irracional, son cualidades a destacar en este tipo de propuestas que en 'The Walking Dead' se fueron diluyendo capítulo a capítulo. El que esto escribe tiró la toalla en la segunda temporada al aceptar que la historia podía alargarse hasta la extenuación. Si el público responde, la maquinaria no cesa a la hora de amasar pingües beneficios, pero hay tanta oferta que no es de recibo aceptar más de lo mismo… aunque salgan zombis y corra la sangre.

Protagonistas de 'The Walking Dead'.
Protagonistas de 'The Walking Dead'. RC

Teri Sáenz: «Demasiados cambios de personajes y tramas»

'The Walking Dead' fue una epifanía trash. De aquella primera temporada que me enganchó no me sedujo ni el pánico ni la angustia, sino el tratamiento tan bestia del asco y la destrucción. Un despliegue de sangre y casquería fascinante por la falta de filtros y ese aire de masacre rutinaria, con personajes errantes esperando una cabeza que decapitar o unas vísceras que diseminar a tiros. Yo quería ser Rick. Llevar una barba incipiente, la camisa vaquera llena de lamparones y la canana vacía de cartuchos que habían reventado caminantes a cascoporro. La adicción al caos de aquel primer 'Walking Dead' duró hasta que ya no pude mantener el ritmo semanal y al cabo del tiempo me reenganché, no recuerdo cuántas temporadas después. Ahí seguía el apocalipsis zombi, los dilemas morales de los inquilinos de búnqueres mugrientos. Todo era sanguinariamente igual pero distinto. Las tramas se habían dispersado, los personajes habían sido relevados por otros con las catanas más afiladas. Me perdí. No supe seguir el rastro adecuado. Los muertos seguían dando vueltas arrastrando los pies, desmembrados, pero a mí ya no me atraparon.

María Eugenia García: «Se volvió repetitiva»

No tengo muy cuándo abandoné 'The Walking Dead'. Creo que la última temporada que seguí con devoción fue la tercera, la de la granja. Después de aquello recuerdo aquella supuesta urbanización idílica donde los supervivientes llegaban entre los recelos de quiénes ya se encontraban allí. Puede que me equivoque, pero al finalizar esa etapa los protagonistas volvían a huir de nuevo a otro lugar que ya no conocí. Llegué a ver a Negan y su hija, sí y las cabezas. La memoria puede que me traicione y seguí hasta la temporada 6 o 7.

Soy consciente de que el cómic en el que se baja tiene una estructura repetitiva, circular. Llegada a un lugar, calma chicha, conflictos entre los vivos, ataque de los muertos y nueva huída. Pero a pesar de ser seguidora de la historia gráfica, vista en pantalla me resultó demasiado aburrida, previsible. Los buenos personajes no fueron suficiente. Eso sí, confieso que, tiempo después vi la famosa escena de Negan y Lucille.

Eduardo Paneque: «Hubo saturación seriéfila»

La saturación seriéfila que han traído las plataformas tipo Netflix, Amazon o Apple ha roto con las formas de consumo habituales. La sobrestimulación de ficciones, y sus correspondientes campañas de publicidad, han roto las rutinas de antes. Donde antes había un calendario para seguir series extranjeras, semanalmente y todos preparados el día después para ver el capítulo, ahora se ha convertido en un batiburrillo. Todos sabíamos que los domingos era la noche de 'The Walking Dead', y lo sigue siendo. Y se esperaba con ansia el capítulo. Como los jueves era la noche de Shonda Rhimes en la ABC. Ahora todo es todo el tiempo, todo el rato, y en todas partes. Las damnificadas han sido las series de siempre y las rutinas de verlas como antes. Salvo para los que fueran muy muy fan, que habrán seguido contra viento y marea. Pero si solo eras, como mi caso, de los que les gusta mucho, pero solo les gusta, pasan las temporadas hasta que un buen día, en una charla con amigos surge esa pregunta de: ¿y tu, donde te quedaste con 'The Walking Dead'?. Tras revisarlo, porque vaya usted a saber, creo que fue en la nueve. Y sí, prometido, la retomaré.

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