Con las elecciones vascas pasa como con las películas de superheróes. No, no me refiero a lo de la identidad y los superpoderes, sino a ... que hay que esperar. En las películas, a que pasen los títulos de crédito, no vaya a ser que esconda el filme una de esas escenas postreras con información relevante sobre Hulk o el Doctor Extraño; en las elecciones, en cambio, hay que esperar a que se compute el voto que viene del extranjero y se revisen las actas de las mesas en las que los interventores señalaron desajustes o incidencias.
Publicidad
En ambos casos el epílogo puede cambiar bastante las cosas. El Doctor Extraño yéndose a la Dimensión Desconocida en busca de los Cuatro Fantásticos. El último escaño por Bizkaia yéndose de la izquierda abertzale a la derecha constitucionalista en busca de la coalición formada por PP y Ciudadanos. Fue justo lo que sucedió ayer. Entra en el Parlamento Luis Gordillo, de Ciudadanos, y sale Diana Urrea, de Alternatiba, o sea, de Bildu. Los de Otegi se quedan con 21 parlamentarios. Los de Iturgaiz suben a seis.
Ese simple escaño, es curioso, trastoca bastantes cosas. Para empezar desactiva de un modo aritmético la posibilidad del tripartito de izquierdas. Cierto que ya estaba desactivado del resto de las maneras posibles, pero desde ayer, atendiendo a la lógica aceptada en este asunto, el Parlamento vasco tiene una mayoría de derechas. ¿Cómo puede pasar semejante cosa en nuestra Arcadia ideológica? Lo cierto es que el modo en que a Podemos todo le sale mal comienza a ser cruel. En su caída, tienen ya los mismos escaños que el PP. Por otro lado, el parlamentario que se le esfuma a Bildu matiza un poco los buenos resultados de la coalición y recuerda aquel tuit de Otegi («Justicia poética») emitido tras el recuento final de 2016, cuando fueron ellos los que le quitaron al PNV el último escaño por Bizkaia.
Pensemos por último en Carlos Iturgaiz. Si la noche electoral, perdiendo cuatro escaños, parecía que había ganado las elecciones y, ante la estupefacción general, se fue dialécticamente como un miura o el Increíble Hulk a por Tezanos, ¿qué podrá ese hombre hacer ahora con un parlamentario repentino más? No descarten que convoque el lunes al resto de los partidos para negociar la formación de un gobierno liderado por él mismo.
Publicidad
COVID-19
A priori
Cuando la primera oleada de la Covid-19 era ya un desastre, todo el mundo parecía saber qué se había hecho mal en términos de prevención, cómo debió actuarse antes de la catástrofe. Muy especialmente si la responsabilidad de esos actos caía sobre los demás. Yo pensé que los rebrotes de la enfermedad iban a tenerlo difícil. Por lógica, los capitanes a posteriori se transformarían en los napoleones del a prioriy esta vez se actuaría con conocimiento y determinación. Sin embargo, los contagios se disparan y la reacción parece titubeante y confusa. Improvisada. El Govern que tanto exigió el cierre de Madrid, apenas «recomienda» a los barceloneses que no salgan de casay no viajen a segundas residencias. La alcaldesa de Barcelona dice que eso «llega tarde», pero mantiene las playas abiertas y los festivales culturales programados. Ahora, al menos, deberíamos estar de acuerdo en algo: pase lo que pase, sí se podía saber.
EU
Sin Jean-Claude
Ayer los líderes de la Unión volvieron a encontrarse en Bruselas con todo la cautela sanitaria. El clásico momento del saludo entre dirigentes se resolvió con choques de codos. Fue al ver a Ursula Von der Layen hacer una reverencia oriental cuando me alegré por primera vez de que ya no esté en el cargo Jean-Claude Juncker. Una de sus clásicas irrupciones en la reunión repartiendo bofetadas, estrangulamientos, cosquillas y besos en los morros podría haber situado el rebrote epidémico en el corazón ejecutivo de Europa. Lo que nos faltaba.
Publicidad
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión