Trump y el virus extranjero
Cátedra Jean Monnet-ESADE ·
El coronavirus ha llegado a Estados Unidos en proporciones semejantes a Europa. La prohibición de vuelos con origen en la mayoría de los países de ... nuestro continente decretada por Donald Trump carece de fundamento alguno y daña aún más al comercio y la inversión. Solo sirve al ocupante de la Casa Blanca para culpar a alguien de fuera de la crisis sanitaria y económica a la que ahora se enfrenta también el primer país del mundo.
El presidente hasta el momento ha restado importancia al virus, lo ha calificado en sus tuits como «extranjero» y ha propuesto su remedio favorito a cualquier problema, acelerar la construcción del muro con México. Hoy sigue sin reaccionar ante la mirada llena de preocupación de científicos y médicos dispuestos a asesorar sobre las medidas necesarias para afrontar esta amenaza. Aún más en un país con un sistema sanitario que no está basado en el principio de igualdad ante la enfermedad y el dolor. Ante una emergencia de este calado, las cualidades de liderazgo de la persona al frente del poder ejecutivo son más importantes que nunca. Pero Trump prefiere endosa r los efectos de la crisis a un tercero -los demócratas, los europeos o los chinos- y hasta se niega a pasar por la cuarentena obligatoria después de haberse reunido y fotografiado con un asesor del brasileño Jair Bolsonaro que ha dado positivo. A ocho meses de las elecciones presidenciales, la irrupción del coronavirus en la campaña lo cambia todo y puede tener consecuencias imprevisibles.
La gran apuesta del presidente para conseguir su reelección en noviembre se basa en la buena marcha de la economía y en mantener movilizados con propaganda nacionalista a sus votantes de clase trabajadora. Es muy dudoso que pueda seguir celebrando los mítines multitudinarios, en los que enardece a sus seguidores con transgresiones e insultos, combinados con interpretaciones simplistas del mundo. A cambio, la omnipresencia de Trump en las redes sociales y la astucia con la que opera para condicionar los ciclos informativos juega a su favor. Por parte de los demócratas, sería el momento de que Bernie Sanders se retirara y pidiese el voto para el candidato favorito, Joe Biden. No es fácil porque el inflexible socialista de Vermont nunca ha estado tan cerca de la nominación. Pero debe reconocer que el vicepresidente de Obama con su instinto pragmático, cercanía al ciudadano de a pie y larga trayectoria política, ahora gana enteros. Tiene legitimidad probada para proponer medidas de refuerzo del sistema sanitario, así como un plan económico de choque que palie los efectos del frenazo económico que viene.
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