Trabajo bien hecho
Frente a la resignación, es necesaria una cultura económica que aúnela excelencia técnica y la profesionalidad ética de las personas
Las personas, estando sujetas a condiciones sociales concretas, somos capaces de transformar la realidad que nos rodea y condiciona. Los modos de ser persona y ... sociedad obedecen, al menos en parte, a nuestras disposiciones culturales y modos de sentir, pensar y comportarse en los variados ámbitos de la vida social.
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También sabemos que cada una de esas diferentes maneras de vivir y convivir en sociedad genera efectos sociales y económicos muy dispares. La cultura ética que inspira las prácticas institucionales y organizacionales suele mediar -frenar o impulsar- el compromiso innovador, emprendedor y responsable de las personas en la empresa y la sociedad. Por ejemplo, el conjunto de valores, actitudes y comportamientos que simbolizó Joxe Mari Korta y a los que debemos el bienestar y la cohesión de nuestro país erigen la robusta idea del trabajo bien hecho como eje vertebrador de nuestra cultura económica y empresarial. El conocimiento acumulado sobre las distintas experiencias históricas a nivel internacional es concluyente: los valores y las actitudes de las personas en sus relaciones sociales de convivencia -por ejemplo, en el ámbito de la empresa o la sociedad- comprometidas con la responsabilidad personal y mutua genera efectos positivos en el éxito tangible -por ejemplo, en la generación de empleo de calidad, las políticas de innovación o la productividad-.
Esa importancia de la subjetividad personal y cultural subyacente a nuestros comportamientos es el tema que hemos vuelto a plantear en la segunda edición que la Fundación Joxe Mari Kortaren Bidetik ha dirigido este año en el Palacio de Miramar el día 27 de julio con el título 'Valores e Industria 4.0'. Tuvimos la ocasión de reflexionar y debatir acerca de los valores en el contexto de las transformaciones tecnológicas, junto a ponentes de altas responsabilidades empresariales y públicas: Jokin Perona, diputado foral de Hacienda y Finanzas de Gipuzkoa; Julián Flórez, director de Vicomtech; Jorge Arévalo, viceconsejero de Formación Profesional del Gobierno vasco; Gustavo Lascurain, director general de Egile Mechanics; y Miguel Angel Ugartemendia, miembro del equipo de Aprendizaje de Alto Rendimiento en Tknika.
Durante la jornada, se propusieron acciones que pueden explorarse para mejorar los factores subjetivos de generación de riqueza en los ámbitos de la empresa y los centros formativos; y se subrayó el papel de la sociedad civil y su interés y repercusión en la socialización y la cultura que anima a las personas en sus comportamientos profesionales y cotidianos. Abrumados como estamos por un clima cultural y un estado de ánimo que busca avivar la confusión, la resignación y la frustración, la clarificación de ideas, experiencias y propuestas sirvieron para generar esperanza y dar un sentido renovado a una cultura económica que sigue buscando aunar la excelencia técnica y la profesionalidad ética de las personas.
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En la formación de nuestros jóvenes encontramos un buen ámbito en el que contribuir a mejorar y favorecer esa transformación cultural de las personas, organizaciones e instituciones. Convencidos de que la persona -y el profesional excelente, competente y responsable- es nuestra principal receta para prosperar, a lo largo de los últimos años la Fundación Joxe Mari Kortaren Bidetik ha intercambiado propuestas de acción con distintas empresas y centros de Formación Profesional del territorio. Un resultado tangible de esa colaboración, que cuenta con la participación e implicación de Tknika, es el compromiso adquirido por las distintas partes para iniciar en el curso próximo dos proyectos piloto, y que tienen como fin práctico incorporar en el proceso formativo asuntos directamente relacionados con aquellos factores subjetivos que nos familiarizan con la cultura del trabajo bien hecho.
Es notorio que las intensas y aceleradas transformaciones globales que se configuran como tendencias de fondo están conformando nuevos escenarios y condicionan fuertemente nuestro desarrollo social y económico. Son inmensos y diversos los retos que nos toca comprender, dilucidar y afrontar, muchos de ellos novedosos y que revelan tensiones contradictorias y simultáneas. Un diagnóstico de nuestras capacidades endógenas muestra que la principal receta en realidad son las propias personas, sus conocimientos, sus valores, su saber hacer.
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Saber discernir con autonomía personal aquellas decisiones que son mejores, buenas y justas es una virtud que desde la Fundación Joxe Mari Kortaren Bidetik queremos seguir fomentando e impulsando en colaboración con instituciones, empresas y centros de Formación Profesional de nuestro país.
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