El test de Rorschach de Twitter
El foco ·
Elon Musk, el hombre más rico del mundo y nuevo dueño de la red social, ha anunciado cambios en ella que suscitan dudas pese a una trayectoria personal caracterizada por el éxito y por dar soluciones creativas a problemas complejosEl test de Rorschach es una técnica que permite conocer todos los rincones de nuestra mente. La compra de Twitter por parte de Elon Musk ... es una versión digital de dicho test. Las interpretaciones han sido múltiples. Ahora todos sabemos cómo emprender, valorar empresas y construir proyectos sostenibles en el tiempo. Ah, y también enjuiciar a una persona que, nos guste o no, es la mayor fortuna del planeta. Algo habrá hecho bien.
La extravagancia, sesgo hacia la acción, determinación y éxito de Elon Musk están fuera de toda duda. Enfrentado a situaciones supuestamente complejas (sin solución conocida), busca una solución creativa. Si los cohetes son demasiado caros para ir a Marte, construye unos más baratos que encima pueden regresar a la Tierra. Si hay problemas de tráfico en Los Ángeles, construye túneles para viajar por espacios ahora mismo no utilizados. Si no le gusta la censura en Twitter, lo compra para solucionarla.
¿Por qué su interés en Twitter? Se trata de uno de los mayores y más esenciales vehículos que tenemos para el debate público y la información. Los líderes de opinión (políticos, empresarios, analistas, etc.) acuden ahí para expresarse. Ser su propietario es un arma poderosa. Musk llega con algunos anuncios. Quiere cambiar las políticas de moderación, abrir el código del algoritmo y construir nuevos servicios sobre los que generar más ingresos. Vayamos por puntos.
Los que nos hemos criado con el desarrollo de Internet desde finales de los 90 entendíamos Internet como espacio de libertad y de evasión. Pero ahora en Internet está todo el mundo, por lo que el choque de culturas, lógicas y pensamientos es evidente. Como en una plaza de un pueblo. Y, por lo tanto, la educación es fundamental. Dado que esto no es algo que todo el mundo asume, se necesitan ciertas reglas. Moderar no es censurar. Moderar es necesario por la Ley de Gresham de Internet: lo malo acaba echando a lo bueno. Parece difícil que Musk consiga algo novedoso aquí. Conviene recordar que una regulación excesiva o mal diseñada comporta costes tan incalculables como lo contrario. Por ejemplo, el eterno problema de la desinformación y las noticias falsas. Este elemento es uno de esos que conceptualmente todos estamos de acuerdo en qué es, pero en la práctica es difícil de gobernar. ¿Es ilegal hablar de los movimientos antivacunas? No. ¿Quién controla al juez entonces para garantizar que no actúa de forma sesgada evaluando riesgos para nuestra sociedad?
Una regulación de los contenidos excesiva o mal diseñada conlleva tantos riesgos como lo contrario
Por otro lado, tenemos el algoritmo de Twitter. En 2011, Eli Pariser concibió el término 'filtro burbuja'. Venía a describir el riesgo intelectual que tenemos de confiar lo que leemos a unos algoritmos que aprenden lo que nos gusta para seguir recomendando contenidos, empujando así nuestro sesgo de confirmación. Hacer más transparente el algoritmo no sé si es la solución. Cuando algo es transparente es más manipulable. ¿Será más sana nuestra lectura y conformación de opinión abriéndolo? Tengo mis dudas.
Sobre las nuevas formas de generar ingresos, merece la pena entender qué es Twitter. A Elon Musk le gusta mucho esa capacidad que le da para participar en el debate público y proyectar sus empresas (Tesla, SpaceX, etc.). Tiene casi 90 millones de seguidores. Estos grandes guarismos, sin embargo, no han sido de fácil aprovechamiento para los equipos que han liderado la compañía hasta la fecha. Musk trae la promesa de un modelo parecido al de Spotify: pagar por no recibir anuncios. Sin embargo, el subyacente de esta red social me hace tener nuevamente dudas. Por compararlo con algún servicio parecido, pensemos en Facebook. Facebook gana hasta 5 dólares por usuario activo al mes. Twitter, solo 2. Facebook siempre tuvo una ventaja inherente sobre Twitter: la red de Facebook, al menos al principio, se basaba en las que ya existían en el mundo físico. Eran personas que ya conocías. Eso hizo que el servicio de inmediato fuera útil para prácticamente todo el mundo. Twitter, por el contrario, fue una red para seguir a personas que pudieran tener tus mismos intereses. Una lista a construir desde cero, descubriendo. El resultado es que Twitter factura algo más de 5.000 millones de dólares al año, frente a los 200.000 de Google y los 110.000 de Facebook.
Hacer más transparente el algoritmo puede abrir la puerta a su manipulación
El propio Musk aseguró hace dos semanas en una conferencia que no le importaba la parte económica. Jeff Bezos, fundador de Amazon, decía estos días que la explicación pudiera ser geopolítica. China (donde Twitter está bloqueada) y Tesla están en medio de un idilio amoroso por la fabricación de partes de sus vehículos. ¿Y si eso se extiende a Twitter? No olvidemos que, desde su perfil de Twitter, Musk ha sido capaz de hacer crecer las acciones de empresas desconocidas o de hacer caer el precio del bitcoin.
No soy pesimista sobre el entorno de interacción social digital. Simplemente hay que entender su singularidad. Las redes sociales presentan una serie de características que les son específicas. La interacción y la comunicación son distintas a las de la vida cotidiana. Twitter no escapa de ello. De ahí los retos que tiene Musk. Por ejemplo, la construcción de identidades ficticias. De los más de 229 millones de usuarios activos al día en Twitter, aproximadamente el 15% son 'bots' que envían mensajes automáticos a cuentas reales. Cuando cotizas en Bolsa, hacer una limpieza de estas cuentas es difícil. Wall Street (sinécdoque de «los mercados») no entiende de caídas en métricas. El anonimato es otro reto. Gustave Le Bon, autor de 'Psicología de masas' (1895), habló de cómo cuando nos sentimos parte de la masa, resguardados bajo un anonimato e influenciados por la falta de autoconciencia que proporciona un colectivo, nos desinhibimos, mostrando comportamientos muy primitivos. Musk ha hablado de la autenticación (mala traducción de 'authenticate'). No sé si se referirá a dejar ese anonimato o a trazar todo lo que hacemos. Otro reto titánico.
Las empresas son organizaciones que se mueven por rentabilidad, innovación y posicionamiento. Parece difícil creer que Musk haya apostado por la primera variable. Twitter creo que es demasiado grande para cambiar rápidamente. Para mí sigue siendo como ir a un bar con los mejores. Con esos que siempre te apetece estar. Tampoco los bares son muy rentables. Pero tienen posicionamiento.
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