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Rebelión femenina en Irán

El régimen no habrá vencido cuando cesen las protestas de las iraníes. El descontento se puede reprimir pero no suprimir

Miércoles, 21 de septiembre 2022, 00:03

Masha Amini, de 22 años, fue arrestada la semana pasada en Teherán por la Policía de la Moral, por el ¿delito? de llevar el velo ... mal ajustado y dejar ver algunos mechones de sus cabellos. Le dieron la paliza de costumbre, pero esta vez le dieron demasiado fuerte y murió a golpes.

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Un viejo refrán castellano advierte a los hombres de que «cuando las mujeres pierden la vergüenza, cosa fuerte es oírlas». Las mujeres iraníes, acorraladas y desesperadas, han perdido la vergüenza y cosa fuerte está siendo oírlas, desde Kurdistán hasta la misma capital, Teherán, y desde allí salpicando al resto del país.

Lo primero de todo: ¿Por qué las mujeres iraníes están obligadas a cubrir por completo sus cabellos y vestir una especie de túnica negra muy holgada? Pues porque se lo ordenan los clérigos chiíes, en nombre del islam. Sin embargo, fuera de Irán -y de Arabia saudí- las mujeres musulmanas no visten de esa manera. Eso evidencia el carácter arbitrario de esas normas, supuestamente inspiradas por Dios.

Se supone que las mujeres deben taparse por pudor y por decencia, para evitarles tentaciones lujuriosas a los hombres. Pero este tipo de medidas, bajo apariencia de virtud, son mera excusa para legitimar y santificar la injusticia social de discriminar duramente a la mitad de la población. Se invoca a Dios, pero en realidad es la 'ética' del Mal: Discriminación, desigualdad, injustica, despotismo y arbitrariedad irracional. La figura sacrosanta de la divinidad es ultrajada y pervertida para reducirla a una falacia de autoridad a nivel cósmico, que se usa para justificar cualquier barbaridad.

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Se puede discutir si existe Dios, o si determinada interpretación religiosa es válida según los postulados internos de su religión, sus dogmas originarios, sus textos sagrados, pero esa es una pista falsa. El factor determinante es que Irán es una dictadura represiva. En un Irán democrático, Masha Amini habría podido vestir como quisiera y quizás el clérigo local la habría acusado de inmoral y pécora, quizás algunos vecinos chapados a la antigua le hubieran puesto mala cara, o incluso podría haber sido amenazada e insultada por determinados exaltados y cabestros, a título particular, pero no necesitaría tenerle más miedo a la policía que a los granujas.

Los hombres sufren también la dictadura pero se les ofrece la compensación de someter a las mujeres

Un sistema dictatorial existe para institucionalizar la discriminación y la injusticia, concentrando el poder y la riqueza en determinados grupos a costa de los demás. El velo es la marca que se implanta a las mujeres para recordarles a cada instante de sus vidas que son humanas de segunda. Es un mecanismo esencial para mantener el sistema, porque la mayoría de los hombres sufren también el régimen dictatorial, pero se les ofrece la compensación de poder someter a sus mujeres en una utopía patriarcal, y se les dice que perderán ese maravilloso estatus de machos dominantes si cae el régimen. ¿De qué os va a servir que haya democracia y elecciones libres si ya no podéis conservar vuestro honor y vuestra dignidad manteniendo sujetas a vuestras mujeres? ¿Si tu hija puede enseñar las piernas y el escote, y acostarse con quien le plazca sin estar casada, qué es lo que queda de tu masculinidad?

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Sin embargo los años no pasan en vano. Tras 43 años de dictadura religiosa, la mentalidad arcaica y patriarcal de gran parte de la sociedad iraní ha ido evolucionando. El desarrollo económico e industrial, la alfabetización universal, los medios de comunicación implican el cuestionamiento de los viejos valores. Justificar mediante la religión nacional la tiranía de una oligarquía de clérigos está produciendo el efecto contrario: el descreimiento crece entre los iraníes de ambos sexos. Ya no se creen la interpretación sesgada del chiísmo duodecimano que hacen los ayatolás para justificar su régimen, pero tampoco se creen ninguna otra.

¿Qué resultado pueden conseguir realmente estas protestas? Son llamativas por su carácter excepcional de movilización femenina, pero de momento solo involucran a unos pocos miles de mujeres y también hombres. Las protestas masivas de 2009 fueron doblegadas al final, y estas son muchísimo más pequeñas. Sin embargo, cuando dentro de unos días o de un par de semanas las movilizaciones cesen, eso no significará en absoluto que el régimen haya vencido. El descontento existente se puede reprimir, pero no suprimir. La base social del régimen se sigue deshaciendo a cada año que pasa, y eso no se va a poder arreglar enviando a una policía de viejas beatas a molestar a las chicas, ni con parejas de matones en motocicletas repartiendo palos a diestro y siniestro.

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La dictadura iraní se justifica mediante la religión, pero cuando caiga, arrastrará consigo a la religión. Entonces las iraníes serán libres.

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