El PSOE y Sumar alcanzaron un acuerdo para desbloquear la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para la concesión de derechos humanos a migrantes, presentada al Parlamento ... por más de 500.000 firmas. En caso de que se apruebe, implicaría la regularización de su acceso a la nacionalidad, trabajo, vivienda, educación... Un avance sustancial en sus condiciones de vida. Pero ya están apareciendo reducciones a las demandas, en propuestas especialmente defendidas, como resulta obvio, por la derecha. El panorama político en general respecto al tema de la migración no parece estar orientado en la línea de construir un país de iguales.
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Vivimos en una perspectiva política asentada en convicciones culturales compartidas, en principio, por todos los partidos. Así, la posición comparativa entre los que vienen, cuando pueden, de los otros países y los de aquí está basada fundamentalmente en marcar la diferencia -la miseria- de esos otros viajeros. Posición que implica que la relación con ellos también debe ser diferente en lo referido a su acceso al territorio, trabajo, vivienda y política, entre otros capítulos
Este 'marcar la diferencia' presenta propuestas y prácticas sustancialmente radicales relativas a los migrantes en el caso del discurso y la estrategia del Partido Popular y sus vecinos de la extrema derecha. Por un lado, mantienen sus concepciones tradicionales respecto a los diferentes: exclusión, jerarquía, autoritarismo, marginación... La derecha ha construido históricamente estas convicciones a partir de exigir y mantener la exclusividad de la soberanía en la superioridad económica, cultural, de las condiciones y posiciones en la vida… de los suyos.
En los últimos tiempos, los cambios y novedades en las condiciones en la vida social incrementan y extienden su discurso radical y su impacto en cuanto incorporan al mismo a distintos sectores sociales de los que conformaban a la derecha como la poderosa derecha. A partir del aumento espectacular de la migración, en los últimos años creció sustancialmente la presencia de los marginales, lo que facilitó a la derecha la posibilidad de desarrollar y acrecentar su discurso autoritario de rechazo al diferente, a los 'invasores del territorio'.
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La derecha y la ultraderecha suman a sus posiciones radicales a sectores de las clases medias y bajas
Ello le ha supuesto incorporar a clases medias y bajas -cercanas a los 'invasores'- a su discurso de desprecio y rechazo, extendiendo así sus proclamas de derecha radical en otros sectores sociales, más allá de aquellos que componían el conservadurismo histórico asentado en la creencia y aun vivencia de -su- soberanía. Otro incremento proviene de la progresiva desaparición de movimientos sociales de izquierda (industriales, urbanos), con el correspondiente traslado de clases medias y bajas a la posición de la otra opción, la derecha y ultraderecha
Crece el radicalismo antimigrante y también su apoyo social. Sin duda, la posición política de izquierda o centro-izquierda es diferente, pero no sustancialmente distinta en su concepto y definición de lo que son 'los otros'. No pretende ciertamente ser agresiva, pero en la práctica mantiene la política de la diferencia en cuanto que aplica medidas de desigualdad en el ejercicio de los derechos. Así, entiende que los migrantes deben tener limitaciones y diferencias en el acceso a la nacionalidad, al trabajo, la política. Hay que recordar en esta línea cómo la más reciente normativa de la Unión Europea sobre migración que se aplica a España ha radicalizado el control y rechazo al acceso de migrantes a Europa. Y cómo crece de forma imparable la muerte de migrantes que intentan llegar a España.
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Con este panorama, va a resultar muy difícil que el Parlamento establezca la igualdad de los inmigrantes en la concesión y práctica de todos los derechos. Por las posiciones crecientes de algunos partidos y también de la sociedad. Por el aumento de posturas negativas (llamémoslo así) entre los ciudadanos respecto a la migración. Según el CIS, ya el 30,4% de la población manifiesta «preocupación». No queda claro cuál es la causa de esa preocupación, pero en todo caso también es desgraciadamente evidente que la negatividad, el rechazo, han crecido sensiblemente.
La posición en el País Vasco está notablemente más cerca del apoyo a la migración. Solo el 14% de los ciudadanos tienen una actitud crítica hacia los migrantes. Con lo cual, afortunadamente, una vez más estamos en condiciones de establecer mejores condiciones para luchar en favor de la justicia y la igualdad en el establecimiento de sus derechos.
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