Unamuno sigue vigente
Mañana, 12 de octubre, se cumple el 89 aniversario del acto que presidió Miguel de Unamuno en el paraninfo de la Universidad de Salamanca en ... 1936. Era rector vitalicio y se conmemoraba en plena Guerra Civil el 'día de la raza'; no tenía intención de hablar, pero ante exaltadas intervenciones improvisó un discurso en el que entre otras cosas dijo: «Se ha hablado de guerra internacional en defensa de la civilización cristiana occidental; pero la de hoy es una guerra incivil. Conquistar no es convertir. Vencer no es convencer y no puede convencer el odio que no deja lugar para la compasión; no puede convencer el odio a la inteligencia, que es crítica y diferenciadora, inquisitiva y no de inquisición. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha».
El general Millán Astray cortó el discurso al grito de «¡Abajo los intelectuales!¡Viva la muerte!». El día 14 destituyen a Unamuno como rector, como profesor y se suprime la cátedra a su nombre. Es confinado con vigilancia policial en su casa. Se le cortan los ingresos de su finca de Bilbao y de sus escritos.
En sus cartas, que hoy se sabe (no lo sabía él) que eran intervenidas, apunta que se encuentra amenazado, así como su familia. El 31 de diciembre fallece repentinamente, de supuesta muerte natural. En investigaciones más recientes se apunta, con indicios muy sólidos, a otras hipótesis.
A Unamuno puede que le vencieran, pero en absoluto le convencieron. Quedó vivo y patente su mensaje: la prevalencia de la razón ante la ceguera de la barbarie.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión