¿Cómo se pierde o gana una gran instalación científica?

Dos estudios posteriores especificaron las características más importantes de la instalación, su posible ubicación y la capacidad científica-tecnológica del País Vasco y España para diseñar y construir la NSS. Con este bagaje y el acuerdo de financiación se presentó el proyecto en una reunión de la Comisión Europea de Grandes Infraestructuras. Causó tal impacto que se consideró la candidatura bilbaína, casi, como definitiva. El proyecto situaba a Bilbao, País Vasco y España entre la élite científica y tecnológica mundial. Además, demostraba que el ámbito empresarial vasco tenía capacidad para abordar una iniciativa de muchos millones y altísima tecnología.

La ilusión que generó se vino abajo cuando, en 2009, el Gobierno vasco y el nuevo Ejecutivo socialista eligieron para dirigir el proyecto a un conjunto de ineptos. A esta elección les condujeron unos científicos que querían evitar que la NSS se construyera en Bilbao. Aún hoy siguen pensando que el país debe ser la peana de su gloria.

Recuerdo como una de las peores imágenes de mi vida una reunión en Bruselas con los representantes de los ministerios de Ciencia de todos los países europeos, que debían informar a sus gobiernos en la toma de decisión. Las intervenciones de dos de los inadecuados directivos, junto con las de dos políticos, dejaron la ciencia española, la capacidad tecnológica del País Vasco y la aptitud española para dirigir proyectos de gran envergadura tecnológica a la altura del betún. El descalabro se consumó cuando la ministra de Ciencia y Tecnología forzó una votación, que perdió por 14 a 2, en Bruselas. Luego vinieron juegos florales que dieron lugar a un gasto de muchos millones para nada. Hoy es una ruina científica-tecnológica.

El proyecto inicial contemplaba aplicaciones en el campo de la medicina. Por ejemplo, terapias de hadrones para curar ciertos tumores cancerígenos sin producir ningún daño en los tejidos adyacentes o la fabricación de radioisótopos no accesibles con otros medios. Es decir, Bilbao también sería pionera en este tipo de terapias en España y Europa, como lo era Suiza. Habría investigación y desarrollo instrumental. Hoy, 20 años más tarde, ya es accesible la terapia de protones con pequeños aceleradores. En España están funcionando tres, fuera de nuestra comunidad autónoma. Con el proyecto, esos aceleradores podrían haberse construido en el País Vasco e iniciarse, con ellos, un sector para instrumentación sanitaria de altísima tecnología.

Poco después del fallido intento vasco, en Granada nació otra iniciativa para la construcción de un acelerador: la IFMIF-DONES. Hace poco han terminado el preproyecto y su difusión a nivel internacional. Este tipo de instalación está enfocada, inicialmente, a la fusión nuclear, pero con otras aplicaciones. Dos de ellas, como las de Bilbao: los radioisótopos y controles de calidad de componentes complejos de los dispositivos electrónicos. Y se aprobaron ya los siguientes pasos a dar: tres edificios relacionados con la instalación, la construcción de la sede administrativa al pie de la Alhambra de Granada, en un inmueble cedido por el Ayuntamiento, y, lo más importante, acelerar el proyecto de ingeniería de la instalación. Ya disponen de los terrenos, en las afueras de Granada, y del 80% de los 900 millones iniciales.

Como dijeron hace unos días las autoridades locales de Granada en la presentación de esta fase: «Es un proyecto capaz de cambiar el modelo productivo de la ciudad y generar riqueza por ser un tractor económico importante». Por ejemplo, generará unos 1.000 empleos, de los que 400 son científicos y tecnólogos, y atraerá unos 2.000 millones de inversión.

Hace 20 años Bilbao dijo adiós a una gran oportunidad. Algo no recuperable a corto plazo. Si un equipo de fútbol pierde muchos partidos, el responsable más directo, el entrenador, es destituido; si una empresa pierde dinero, el director general es sustituido inmediatamente... ¿Qué pasó con los políticos que dejaron a Bilbao sin la posibilidad de pasar a ser una chincheta en el mapa científico-tecnológico del mundo? Nada, cuando acabaron su mandato, se les premió con una puerta giratoria. ¿Y con los científicos que se opusieron? Se les dio más dinero para que incrementen el tamaño de la peana.