Euskadi no parte de cero
El modelo vasco de bienestar ya existe, aunque podemos mejorarlo entre todos
En los últimos años se han producido tres cambios relevantes de distinto nivel que han afectado especialmente a la política vasca: la modificación estratégica de ... la izquierda abertzale; el conflicto territorial en el Estado español, agudizado en estos últimos años por la cuestión catalana y el proceso de recentralización del Estado; y, por último, las consecuencias económicas y sociales generadas por el actual modelo de globalización y los acontecimientos imprevistos que han acelerado dichas transformaciones. La ciudadanía vasca vive una profunda sensación de cambio e incertidumbre respecto al futuro.
Más allá de la coyuntura política, las tres grandes líneas socio-políticas que marcan el tablero del país se están situando ante estos retos de futuro. A este respecto, los partidos de ámbito estatal, por lo general, siguen ocupados por esa inquietante y persistente pelea de las dos Españas que condiciona y explica sus posiciones.
El nacionalismo vasco liderado por EAJ-PNV, además de dar una respuesta a las necesidades coyunturales -que no son pocas-, está abordando a través del proceso de escucha activa 'Entzunez Eraiki' una reflexión sobre el futuro del país en torno a cuatro grandes ejes: la puesta en valor de lo construido hasta ahora desde una concepción democrática y profundamente social; la necesidad de institucionalizar el derecho a decidir de la ciudadanía vasca desde el diálogo abierto y el acuerdo; los retos de la nueva agenda política en el marco de la Agenda 2030, en un contexto en el que Euskadi debe estrechar y fortalecer su vinculación con el proyecto europeo; y, por último, una profundización en los valores y en la cultura democrática como signo de identidad de Euskadi. Cuatro cuestiones que marcan el rumbo de la sociedad vasca con la mirada puesta en el futuro.
EH Bildu, por su parte, ha presentado hace unos días los ejes estratégicos de un modelo vasco que busca la configuración de una alternativa al PNV para una nueva era. El discurso hace hincapié en el fortalecimiento de la soberanía estratégica del país a través de la transformación de las estructuras de bienestar, la innovación en los sistemas de conocimiento, el fortalecimiento de la identidad comunitaria y el desarrollo de un modelo de seguridad propio. Yo mismo podría suscribir estos principios generales y, sin embargo, la pregunta que me hago es la siguiente: ¿es un relato que aspira realmente a ser un diseño estratégico de país o en verdad lo que busca es configurar una marca electoral más centrada?
En mi opinión, no se puede establecer una estrategia de país como alternativa con vocación hegemónica, ya que la construcción nacional debe ser compartida -al menos, entre aquellas y aquellos que aceptan la existencia de una nación y sus derechos- y no liderada desde la acumulación de fuerzas de un proyecto político configurando un 'bloque'. Las políticas de protección social y de inclusión en Euskadi se desarrollan a través de una intensa colaboración entre las instituciones públicas y el tercer sector social. ¿Alguien piensa de verdad que el fortalecimiento comunitario pasa por publificar y estatalizar todo el sistema? La construcción de la comunidad y su capital social conlleva aceptar que el espacio público se construye de manera compartida entre las instituciones y la sociedad.
El modelo vasco de competitividad y bienestar actual es deudor de unos valores basados en la justicia social, la cooperación y la solidaridad. ¿No hemos sido un país pionero en la Renta de Garantía de Ingresos o en las prestaciones sociales? ¿Acaso hemos sido un país que solamente se ha guiado por el PIB? Siempre se pueden, y se deben, mejorar las cosas, pero llama la atención esa pretensión de EH Bildu de borrar lo construido para empezar algo nuevo que, en realidad, resulta difícil de comprender en qué se basa. ¿Exactamente cuál es la alternativa de la izquierda abertzale al modelo productivo vasco, en su amplia mayoría formado por pymes? ¿Cuál es su alternativa energética para un país con una dependencia energética superior al 90% si no somos capaces de aceptar un molino de viento en nuestro municipio?
El modelo vasco, aunque algunos traten de desdeñarlo y de desfigurarlo, ya existe. Sin lugar a dudas, podemos mejorarlo entre todos y todas a través de una estrategia nacional realista y trasformadora profundizando en el marco de la Agenda 2030 e impulsando la gobernanza colaborativa.
Todo ello será posible si nos reconocemos mutuamente como actores necesarios y si aceptamos que no partimos de cero. Que Euskadi, a través de sus instituciones, su rico tejido asociativo y sus empresas, lleva décadas defendiendo y desarrollando su autogobierno. Construyendo una sociedad económicamente avanzada y socialmente justa y cohesionada. Edificando, paso a paso y desde la colaboración, el verdadero modelo vasco de desarrollo humano sostenible.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión