Sr. García

Euskadi Next: La transformación es la clave

La mirada ·

Las autonomías, sin papel en el diseño del plan enviado a Bruselas

Sábado, 8 de mayo 2021, 23:54

Setenta y un años después de que se sentaran las bases de la Unión Europea, el mundo se encuentra inmerso en una terrible pandemia y ... la gravedad del momento ha exigido una respuesta ambiciosa. No hay más que ver los profundos y esperanzadores cambios que está introduciendo en sus primeros cien días la nueva Administración Biden, en materia de recuperación, transformación y lucha mundial contra la pandemia, para tomar conciencia de la excepcionalidad del momento. Una ambición que sitúa nuevamente a Europa ante un enorme reto de audacia y agilidad: la iniciativa Next Generation EU está a caballo entre la obsesión por recuperar los niveles de PIB previos a la pandemia y la necesidad de afrontar las transformaciones necesarias para abordar los retos presentes y futuros.

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El desafío, en cualquier caso, es colosal. El Estado español recibirá 70.000 millones de euros en subvenciones y podrá optar a otros 70.000 millones de euros mediante préstamos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), el principal instrumento de la iniciativa Next Generation EU. Son recursos europeos canalizados a través de los Estados miembros para los que se nos exige corresponsabilidad, como no puede ser de otra manera, y que desde Euskadi pretendemos asumir con todas sus consecuencias, no solo en las fases de gestión, seguimiento y control, sino también -y de vital relevancia- en el diseño de las líneas de inversión, que garantizarán el buen destino de los fondos.

Esta es la tesis sobre la que pivota el planteamiento de Euskadi Next, el Programa Vasco de Recuperación, Transformación y Resiliencia, coherente con lo exigido por Europa e ideado precisamente para sentar las bases para la prosperidad y el progreso de las próximas generaciones, a las que tenemos la responsabilidad de dejar un mundo mejor.

Una mera recuperación en términos de crecimiento del PIB no garantiza esa transformación necesaria. La palabra clave es Transformación.

Primera cuestión. España ha presentado su Plan Nacional de Recuperación, Transformación y Resiliencia -PRTR- en Bruselas esta semana, con líneas de inversión y reformas, que dan forma a los 30 componentes que contienen las 10 políticas palanca y que imperiosamente urge aterrizar, concretar, planificar y ejecutar.

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Las comunidades autónomas no hemos tenido papel en el diseño del plan. En las conferencias sectoriales de los ministerios se han trasladado especificaciones detalladas de las inversiones a realizar en clave de «encomiendas de gestión», incluso para políticas públicas que son competencias exclusivas. Esta forma de proceder vulnera el reglamento del MRR y también el principio de adicionalidad -con estos fondos no se debe cubrir gasto corriente-.

Segunda cuestión. La obligación de ejecución del MRR en 2023 impuesta por el Gobierno de España recorta los plazos que la propia UE establece para la ejecución de los fondos (hasta agosto de 2026) lo que pone en serio riesgo su optimización, ya que Europa establece un sistema de incentivos de recepción de fondos por nivel de ejecución. Es decir, si no se ejecutan los compromisos, Europa penalizará a los Estados y, por consiguiente, las comunidades autónomas perderemos recursos también. Imponer la ejecución de 70.000 millones de euros de subvenciones en dos años y medio es, cuanto menos, muy arriesgado, a la vez que penaliza el carácter transformador de los fondos.

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Tercera cuestión. El PRTR se ha centrado en mitigar debilidades y no ha considerado las fortalezas de las comunidades autónomas para utilizarlas como palancas sobre las cuales sostener e impulsar la transformación. Euskadi dispone de una estrategia de especialización inteligente -avalada por Europa- en ámbitos como salud personalizada, energías más limpias e industria inteligente, plenamente alineada con la doble transformación que se pretende impulsar con los fondos del MRR, la energético-ecológica y la digital.

Como consecuencia de todo lo anterior, se ha omitido la arquitectura institucional del Estado, el Estado de las Autonomías, y mermado con ello una capacidad de respuesta que respete los niveles competenciales que éste reconoce. Estamos a tiempo de reconducir el enfoque. El planteamiento constructivo que trasladamos desde Euskadi es un verdadero modelo de gobernanza multinivel integral.

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Termino con una reflexión -o más bien preocupación-, porque quizá criterios políticos coyunturales estén marcando decisiones económicas de enorme trascendencia: toda persona que juegue al ajedrez sabe que las 16 piezas han de ser concebidas como un equipo. Tras una apertura con movimientos más o menos estandarizados, entras en la fase de desarrollo que, en gran medida, define la fase final. En ese momento, se puede coronar un peón, que será sustituido por otra pieza clave, habitualmente la dama. Una visión corta te hace perder la partida. Este es un momento en el que el fracaso no es una opción. Nos jugamos demasiado.

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