Que las empresas paguen impuestos por sus beneficios
Urge una reforma fiscal que fije un tipo mínimo efectivo real y sin excepciones del 25% en el tributo sobre sociedades
mikel noval
Responsable de Estudios de ELA
Lunes, 1 de marzo 2021, 01:36
Hace unas semanas Mitxel Lakuntza, el secretario general de ELA, afirmó, en una entrevista radiofónica, que Petronor no pagó ni un euro en el Impuesto ... sobre Sociedades de 2019, a pesar de haber obtenido ese año unos beneficios de 135 millones. Ello dio lugar a una cierta polémica. No era para menos. ¿No era esa empresa la principal contribuyente del país? Pues no, para nada. Cuando compramos una barra de pan contribuimos a Hacienda más que Petronor por sus beneficios de 2019. Rápidamente se pretendió esconder bajo la alfombra la discusión. No era del agrado ni del poder económico ni del poder político.
ELA ha presentado un informe que detalla los beneficios obtenidos en 2019 por 22 de las principales empresas de la Comunidad Autónoma del País Vasco, así como el Impuesto sobre Sociedades de las mismas. La conclusión es clara. El impuesto no llega a uno de cada 10 euros de sus beneficios. En concreto, solo destinan a ese tributo el 7,6% de sus beneficios.
Petronor no es una excepción. Otras empresas como Tubacex, Bridgestone, Pepsico o GKN tampoco aportaron ni un euro en el Impuesto sobre Sociedades a pesar de sus millonarios beneficios en 2019. Muchas otras tampoco pagan mucho, que se diga. Entre ellas, empresas emblemáticas como Euskaltel (que pagó en el Impuesto el 11,1% de sus beneficios), Kutxabank o ITP (ambas con un tipo efectivo del impuesto del 4,6%), CIE Automotive (5,4%), Aernnova (7,6%) o Mercedes (10,4%). En este bloque también hay que incluir a las cooperativas, que, como Ampo, Danobat o Irizar, pagan entre nada y el 4,9%.
El secretario de Cebek ha salido a la palestra a defender a las empresas. Ya lo hizo cuando Lakuntza dio el dato de Petronor. Y lo ha vuelto a hacer ahora, sin ofrecer ningún dato, pero, eso sí, diciendo que ellos sí que saben cuál es la situación real de las cuentas de las empresas. Quizás se refiera al fraude fiscal, no lo sabemos. Por si alguien duda de los datos proporcionados por ELA, provienen de las cuentas de resultados de esas empresas, recogidas en los informes de las auditorías.
Los datos muestran que las grandes empresas, como norma general, pagan entre poco y nada en el Impuesto sobre Sociedades. Y que, a pesar de que los responsables empresariales dicen que no hay margen para aumentar los impuestos que abonan las empresas, es urgente abordar esta subida para que paguen al menos el 25% de sus beneficios en el Impuesto sobre Sociedades.
Interpelar a las instituciones y a los partidos será el primer paso para abordar este debate
La situación actual es inaceptable ética y socialmente. Y tiene responsables. Son los políticos que han escrito las normas fiscales al dictado de las grandes empresas. Permiten, favorecen y legislan para que las empresas paguen poco o nada en el Impuesto sobre Sociedades, blanqueando su comportamiento. Esos políticos llegan incluso a alabar la supuesta responsabilidad social de esas empresas. ¿Qué es más irresponsable socialmente que no pagar Impuesto de Sociedades a pesar de tener enormes beneficios? No es de extrañar que luego tengamos tantos ejemplos de puertas giratorias. La fiscalidad y esas puertas giratorias son dos caras de la misma moneda.
Ante esta situación, es urgente emprender una reforma fiscal antes del verano que incorpore, entre otras medidas, el establecimiento de un tipo mínimo efectivo real y sin excepciones del 25% en el Impuesto sobre Sociedades. Instamos a poner en marcha en el Parlamento vasco y en las Juntas Generales una comisión específica para debatir esa reforma, con la participación de organizaciones sindicales y sociales.
Visto el panorama y las declaraciones de los diferentes miembros del Gobierno vasco (empezando por el propio lehendakari) y de los diputados generales, que se oponen a abordar este debate, es evidente que va a ser necesario presionar para conseguir esta reforma fiscal. Explicar a la clase trabajadora y a la sociedad lo que pasa en el Impuesto sobre Sociedades, interpelar a las instituciones y a los partidos políticos van a ser los primeros pasos.
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