A la ofensiva por el derecho a la vivienda
Cada proyecto debe aumentar el parque público, reforzar el alquiler asequible y poner pisos en manos de los que más los necesitan
Adrían Fernández
Portavoz parlamentario de Vivienda del PSE-EE
Sábado, 2 de agosto 2025, 00:04
El acceso a una vivienda digna y asequible es hoy la principal preocupación de la ciudadanía vasca. No es para menos: jóvenes que no pueden ... emanciparse, familias que viven atrapadas entre alquileres exorbitantes y colectivos vulnerables que son expulsados del mercado. Nos encontramos ante una emergencia que interpela directamente a los poderes públicos. Y ante las emergencias, no cabe la resignación, hace falta actuar y tomar decisiones valientes. Y eso es lo que estamos haciendo desde el Partido Socialista de Euskadi.
Dedicarse a la política es, ante todo, un acto de compromiso profundo con los demás, es tener el privilegio de trabajar por el bien común y la oportunidad de transformar la realidad para mejorar la vida de las personas. Pero es una tarea tan hermosa como exigente, porque implica asumir una enorme responsabilidad: cada decisión que se toma, cada política que se impulsa, tiene un impacto real en la vida cotidiana de la ciudadanía.
Por eso es fundamental que la izquierda pase a la ofensiva. No estamos para quedarnos quietos ni para envolvernos en discursos vacíos, sino para garantizar derechos, para mirar de frente a los problemas y atreverse a solucionarlos. Y en materia de vivienda no hay mejor política que ampliar nuestro parque público. Así lo hemos hecho y así lo vamos a seguir haciendo.
En los últimos diez años, con una consejería de Vivienda liderada por un socialista, Euskadi ha puesto en marcha el 23% de todas las viviendas de alquiler público iniciadas en el Estado, a pesar de representar solo el 5% de su población. No hay en ello improvisación, sino una apuesta política sostenida en el tiempo. Una política de hechos que pone las necesidades de la ciudadanía en el centro del debate público.
Ahora toca seguir dando pasos en la buena dirección y, por ello, hemos presentado una proposición de ley de medidas urgentes en materia de vivienda, suelo y urbanismo. Una reforma que nace de una convicción profunda: que la mejor forma de defender la vivienda protegida es lograr que se construya. Que el parque público no se llena con declaraciones, sino con obra, con suelo y con realismo. Y lo haremos con una condición indispensable: que cada proyecto sirva para aumentar el parque público, para reforzar el alquiler asequible y, sobre todo, para poner vivienda en manos de quien más la necesita.
Sin embargo, la crisis de la vivienda no es un problema aislado ni sencillo. Es un fenómeno multifactorial que exige soluciones ambiciosas, integrales y urgentes. El alquiler está partiendo a la sociedad en dos: rentistas y gente que paga rentas. Es imprescindible romper ese círculo, por lo que seguiremos reforzando y ampliando las zonas tensionadas con topes al alquiler, especialmente a los grandes tenedores.
Al mismo tiempo, movilizar la vivienda vacía y frenar la expansión de los pisos turísticos son dos caras de una misma estrategia, recuperar la función social de la vivienda, defender el derecho a habitar nuestras ciudades y poner freno a la mercantilización sin límites. Solo con firmeza y desde todos estos frentes lograremos que la vivienda deje de ser un privilegio y se convierta en un derecho real para todas las personas.
A quienes nos piden más ambición les respondemos con hechos. A quienes critican desde la comodidad de la oposición les ofrecemos diálogo y les tendemos la mano. Especialmente a quienes comparten con nosotros principios progresistas y sociales. No es momento de replegarse en trincheras ideológicas ni de poner etiquetas fáciles, sino de dar respuestas.
Vivimos tiempos difíciles en los que se nos exige defender nuestro modelo de vida frente a múltiples amenazas. La mejor forma de frenar a la extrema derecha es demostrar que la izquierda mejora la vida de la gente con políticas concretas, y pocas cosas transforman más la realidad social que acceder a una vivienda digna. Frente al miedo y los discursos de odio, la respuesta debe ser más derechos, más igualdad y más hogares donde construir proyectos de vida. Cuando las personas comprueban que su gobierno las protege, que no están solas ante la especulación, se fortalece la confianza en las instituciones y la democracia. Por eso la izquierda no debe estar a la defensiva, debe liderar, transformar y asegurar que el derecho a la vivienda sea una realidad.
Mientras el PSE-EE siga al frente de la política de vivienda en Euskadi esa será nuestra hoja de ruta y no nos vamos a desviar. La ciudadanía puede tener la seguridad de que hay un Gobierno que pone lo público al servicio de la mayoría.
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