Peor es morirse
Furgón de cola ·
Termina la primera semana del curso escolar y la huelga del día 15 sigue en pieEl protagonismo de la vuelta a clase se lo ha quedado todo la niña que le dijo a un reportero que llevar mascarilla no es ... para tanto, «porque peor es morirse». Cómo estará la cosa que a la gente le ha parecido que no se ha oído nada tan sensato en los últimos seis meses. Incluso hay quien quiere poner a la niña, que además de estoica es valenciana, al frente del país.
La buena noticia es que, morirnos, nos estamos muriendo menos. Ayer Fernando Simón dijo que, al tiempo que se alcanza un récord de contagios que ojalá se convierta en un techo, España es con Alemania el país con menor tasa de mortalidad por la Covid de Europa.
Acostumbrados a liderar los rankings por abajo, hace ilusión empatar con Alemania en algo. Aunque sea en la incidencia de intoxicaciones por chucrut. Lo de la baja mortalidad es hasta mejor y lo dijo además Simón con un corte de pelo nuevo y tranquilizador. Tantos meses después, y con el pelo muy largo, comenzaba uno a ver a Michael Landon dando esas ruedas de prensa y adquiría todo un aire ultraterreno inquietante. «Ese ángel debería estar salvándonos mejor», he llegado a pensar yo, no sé, como en segundo plano.
Mientras tanto, los niños más pequeños van a terminar hoy la primera semana del curso. Es probable que ellos ya se hayan acostumbrado a todo mientras los demás debemos seguir con los dedos cruzados y adaptarnos a que se detecten aquí y allá casos positivos y se reaccione en consecuencia. Ojalá las autoridades hagan balance de esta semana inicial y concluyan que la improvisación está siendo un éxito, como estaba previsto. En gran medida, gracias a los equipos directivos de los colegios. Obligados por la situación y siguiendo con las series clásicas, esa gente es ya como MacGyver: lo mismo te preparan una clase que te diseñan con esparadrapo, rodamientos y palos de escoba un sistema de poleas que transporta por el aire al alumno que dice que le duele la cabeza.
Al menos ahora sabemos cuál es la respuesta que debe darse a todo esto: peor es morirse. Quizá no utilizó este argumento ganador el nuevo consejero de Educación, que se reunió ayer con los sindicatos convocantes de la huelga del día 15. Causó al parecer una impresión muy buena y dialogante Jokin Bildarraitz, pero la huelga sigue ahí, inamovible.
TRUMP
Mr. Pánico
Bob Woodward saca libro sobre Trump y revela que el presidente conocía la gravedad del Covid desde febrero. Trump se defiende explicando que minimizó lo que venía («apenas una pequeña gripe») para evitar que el país entrase en pánico. Bueno, el pánico. Solo en las últimas semanas Trump le ha dicho más o menos al país que los 'antifas' ametrallan a inocentes a los que los mexicanos ilegales acaban de violar mientras llega la revolución gracias a unas elecciones fraudulentas y a Joe Biden, que está «en contra de Dios» y obedece a Kamala Harris, que por su parte está «loca»... Quizá sea otro intento por calmar a la nación. Trump aprovecha el pánico, pero más que lanzarlo lo irradia. En otro de esos libros escandalosos sobre su figura, el psiquiatra Justin Frank le describe como «un niño asustado movido por la furia». Michael Wolff contaba en el suyo que la noche electoral de hace cuatro años el que entró en pánico fue Trump... al ver que ganaba. Mientras Melania no dejaba de llorar, pero no de alegría.
FUNCIONARIOS
Frente frío
Ayer se detectó en el cielo del país un objeto volador muy identificado: era un globo sonda como un campanario. Su asunto, la congelación salarial para los funcionarios. El movimiento causó revuelo. Era inevitable. A los funcionarios les preocupa su sueldo por razones obvias y a los demás parece preocuparnos incluso más por razones difusas que van de la teoría económica al odio fratricida. Tras el señuelo, apareció el Gobierno con las respuestas. Lo hizo como anunció en su día Adriana Lastra: con una sola voz. Nadia Calviño explicó que la congelación salarial dependerá de «una multiplicidad de factores» y recordó que los funcionarios han ganado poder adquisitivo. Carmen Calvo aseguró que el Gobierno no tiene «sobre la mesa» congelar nada. María Jesús Montero anunció después que el Gobierno tiene el asunto justo sobre la mesa y lo va a estudiar. José Luis Escrivá dijo en cambio que a él no le consta nada. Es como se dice «no comment» en Albacete. Una sola voz. Sin embargo, sospecho que, para la hora de comer, los funcionarios lo tenían ya todos clarísimo y daban por hecha la congelación mientras pensaban en lo siguiente, la glaciación, o sea, los recortes.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión