Pandemia, volcán, guerra, sequía, problemas con el vestido de novia de Tamara. La serie de catástrofes a las que nos enfrentamos como país acelera en ... una dirección preocupante. Contra el amor. El caso es que Tamara se casa en principio dentro de dos meses y ayer la firma bilbaína que trabajaba en su vestido renunció al encargo alegando que su ética empresarial les impide traspasar ciertos límites por el lado de la autoría. Tamara no tardó en telefonear a 'Hola!'. Acostumbrados como están en esa revista a elevar la realidad a la selectísima potencia, el telefonazo se convirtió en una conversación exclusiva. En ella, Tamara negó que buscase el plagio, entre otras cosas porque le enseñaron en el selecto Instituto Marangoni de moda a diferenciar entre la copia y la inspiración. Ojalá hubiese añadido que también el tío Mario le enseñó a diferenciar entre plagio e intertextualidad y a detectar los pasajes del 'Tirant Lo Blanc' en los que Joanot Martorell fusila con una ametralladora renancentista a Ramón Llull y a Joan Roís de Corella. Lo digo por confiar en que incluso la crónica rosa obedezca a cierta ontología del devenir.
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Aunque la hipótesis de que aún haya profesionales que antepongan la autoría a la publicidad es reconfortante, aquí hay que centrarse en el drama humano. Tamara lamenta que lo que debía de ser para ella «un momento súper especial e ilusionante» se haya transformado en «un conflicto lleno de tensión». Cierto que ya debía intuir que su ilusión participa del conflicto porque celebró su despedida de soltera en Portugal y se fue con las amigas a Fátima. Cómo imaginar que podría empeorarse el plan habitual, el del club de estriptis.
Ayer por la tarde lo del vestido de novia empeoraba ya con requerimientos legales y abogados. La desventura nupcial de la socialité se convertía en la comidilla de un país que alterna princesas del pueblo con una extraña originalidad contradictoria. En los portales de segunda mano es frecuente, al parecer, encontrar trajes de novia que en la descripción incluyen el chiste: «Usado solo una vez por error». La época prestigia lo menos consistente y lo somete a los focos con fines incendiarios. Se dice que también ha habido plagio en la canción que el sábado ganó Eurovisión. Quién lo podía súper imaginar.
Bildu
Chapotear
Bildu retiró a los candidatos condenados por delitos de sangre y volvimos a ver ese espectáculo fascinante: la izquierda abertzale hollando la cima de la superioridad moral al prescindir dadivosa de aumentar un dolor que ellos mismos han causado. A continuación, vimos la asombrosa capacidad que tiene la política española de ponerse en manos de Bildu, una inercia que demuestra el preocupante nivel y olvida de paso una simple evidencia: una de las cosas que puede hacer Bildu con las exigencias es cumplirlas. Ya puestos, también fue curioso comparar el texto de la intervención de Arnaldo Otegi que distribuyó Bildu con lo que realmente leyó el líder del partido. Donde el texto decía «derecha», por ejemplo, Otegi leyó «ultraderecha». Y donde, refiriéndose a un lodazal, el discurso escrito establecía «regodearse» Otegi prefirió «chapotear», no se sabe si por instinto lógico-semántico o por simples ganas de jugar.
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Rusia
Se busca
La CIA busca «activos» rusos en redes sociales. Se trata de aprovechar el descontento con Putin para reclutar espías. Hay vídeos en YouTube, casi anuncios de trabajo. La discreción no es máxima. La guerra tiene consecuencias horribles, pero a veces no tiene fundamento. Con su aspecto de ser el único miembro del equipo ruso de remo que regresa tras las Olimpiadas de Montreal porque nadie le avisó de que el plan era pedir asilo en Canadá, el portavoz del Kremlin Peskov se lo advirtió ayer a sus ciudadanos: cuidadito con pasarse al enemigo.
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