Sueño americano

Para conseguirlo, parece que solo necesita descansar y que no le pongan actos a partir de las ocho de la tarde. Lo dijo tras el debate fatídico y al instante se dibujó la posibilidad de un líder mundial centrado en descansar, relajarse y no tener mucho lío. Es una posibilidad prometedora, pacífica, casi ideal. Y no sería la primera vez. Hace justo un siglo, el temible Mencken elogió la presidencia de Calvin Coolidge asegurando que no le proporcionó al país emociones pero tampoco dolores de cabeza y relacionándolo con que Coolidge durmió más que cualquier otro presidente, tanto de noche como de día. Al parecer, echaba siempre una siesta de una hora. Antes de almorzar. Después de almorzar, dormía otro par de horas. Y eso le permitía llegar en perfecto estado al final de la jornada y proceder a dormir sus once horas diarias. Walter Lippman escribió que Coolidge estaba constantemente ocupado manteniendo la inactividad. Dorothy Parker recibió la noticia de que Coolidge había muerto con una pregunta que reproduzco sin segundas intenciones: «¿En qué lo notan?».

Yolanda Díaz ha detallado alguna vez sus jornadas laborales. Comienzan a primerísima hora, cuando aún no se han puesto las calles, con reuniones de mucho diálogo y acuerdo. Y se extienden hasta bien entrada la noche. En la campaña del 23-J, la ministra de Trabajo aseguró estar durmiendo solo dos horas. Así que es probable que su empeño por reducir la jornada laboral tenga también una explicación biográfica. Por esos días interminables. Y por lo de intentar volver a brillar como ministra ahora que parece que lo de la lideresa de la nueva izquierda y la futura primera presidenta de España ya no sirve. Lo malo es que en política la debilidad aviva la voracidad de los escualos. Y da la sensación de que a Yolanda Díaz le han tomado la medida y, mientras la CEOE ni se le inmuta con los ultimátums, el ministro de Economía se dedica a tranquilizar empresarios y el nuevo coordinador general de IU exige en público el abandono de los «hiperliderazgos palaciegos», sintagma construido con toda la mala idea que había disponible. Hoy Yolanda Díaz vuelve a convocar a los agentes sociales para negociar la reducción de la jornada laboral y hasta les lleva una nueva propuesta a los empresarios. A ver si así.