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Furgón de cola

Sucedió en un córner

Barcelona ·

El fútbol femenino alcanza su versión de lo de Míchel y Valderrama

Martes, 11 de febrero 2025, 00:34

Sabíamos que la historia se repite, pero no que lo hace en los saques de córner. Vamos allá: treinta y cuatro años después de que ... Míchel le tocase las partes (varias veces) al colombiano Valderrama en un Real Madrid-Valladolid, Mapi León le tocó el domingo las partes (una vez) a la colombiana Daniela Caracas en un Espanyol-Barcelona. Solo que el Gobierno de Petro se esté desmoronando explica en mi opinión que Colombia no pida cuentas por lo que les hacemos a sus futbolistas. Concretamente en los córneres.

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Soy consciente de que lo ocurrido es grave y merece un análisis profundo. ¿Acaso puede ser casual que la defensora del Barça se apellide León y sea de Zaragoza mientras que la jugadora del Espanyol se apellida Caracas y es de Cali? Por desgracia, la época me aleja de esta línea de investigación. Ayer el Espanyol definió lo ocurrido como un ataque contra la intimidad de su jugadora, a quien describe paralizada por «el impacto de la situación». Los abogados del club quedan a su disposición. El toqueteo fue sin consentimiento. Por eso ayer se viralizó como demostración definitiva de las teorías más simples y furiosas. Lo mismo implicaban a Rubiales y a Negreira que a Irene Montero, Trump o Florentino.

Y eso que todo sucedió en un córner. Caracas recibe a su rival metiéndole el hombro y León responde canchera con el toque subterráneo. También le dice algo. Los lectores de labios -esa funesta variante pericial del chivato- aseguran que le pregunta «¿tienes picha?». Por eso se habla también de transfobia. Si yo me permitiese la más mínima ligereza, señalaría la paronomasia existente entre 'picha' y 'Míchel'. No lo haré. Sé que todo es siempre gravísimo y altamente teorizable. Y que la teoría se adapta a una única regla: lo importante no es lo que se hace sino quién lo hace. Nos lo han enseñado los jueces más ventajistas y severos, que abolieron todo espacio intermedio entre la estupidez y la ignominia. Los destrozos han sido muchos y ya se ve que al otro lado del péndulo no se busca tanto la razón como la venganza. Por lo demás, hay conflictos que, entre adultos y en Primera División, se han resuelto siempre muy bien con un codazo fuerte de vuelta y una lluvia de tarjetas derramando al instante sobre el césped la paz y las sanciones.

FGE

Borrado masivo

La UCO informa al Tribunal Supremo de que el fiscal general del Estado borró todos los mensajes de su móvil el mismo día que se anunció su imputación por un presunto delito de revelación de secretos. No una vez. «Hasta dos veces». La Guardia Civil también certifica que Álvaro García Ortiz ha borrado la famosa cuenta personal de Gmail a la que pidió le mandasen sus subordinados el correo más famoso aún entre el abogado del novio de Ayuso y el fiscal que lleva su caso por un presunto fraude fiscal. El fiscal general explica estos movimientos suyos como parte de unos protocolos de seguridad que no están del todo claros y por una obsesión personal por la seguridad. Lo extraño es que a un servidor del Estado preocupado por la seguridad se le ocurra que es precisamente en una cuenta gratuita de Google (ojalá 'fiscalazo2000@gmail.com') donde queda a buen recaudo la información confidencial. Aferrado al cargo y aparentemente convencido de que su única defensa es la guerra total, el de Álvaro García Ortiz está siendo un caso de desdoblamiento destructivo sin muchos precedentes: el ciudadano García Ortiz parece dispuesto a arrasar con la credibilidad del fiscal general y también, de paso, con la del Estado.

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