La «concentración cívica sin siglas» convocada por Feijóo tras la entrada en prisión de José Luis Ábalos resultó ciertamente complicada de relacionar con unas siglas. ... Intervinieron en ella José Luis Martínez Almeida, Isabel Díaz Ayuso y el propio Feijóo, que agradeció mucho la presencia de José María Aznar y Mariano Rajoy. En otro intento por evitar las referencias partidistas, el líder del PP tardó treinta y dos segundos en mencionar al «Partido Popular de España».
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Incluso así, lo mejor de la convocatoria fue el lema: 'Efectivamente: mafia o democracia'. La clave está en el adverbio, que puede traducirse del siguiente modo: «¿Veis cómo tenía razón cuando convoqué hace seis meses una manifestación idéntica y obviamente inefectiva?» De un modo asombroso, Feijóo no deja de subrayar que lo que no tiene es una mayoría con la que desalojar a Pedro Sánchez, presidente que no dispone de una mayoría para gobernar pero sí de una minoría de bloqueo. El resultado es un cortocircuito del sistema. Entre sus chispazos peores, ver cómo el Gobierno presenta la alternancia como un riesgo para la democracia, lo que viene a ser como incluir la luz solar entre los enemigos de la fotosíntesis.
Feijóo volvió ayer a dirigirse a los socios del PSOE porque, para desalojar a un Gobierno en manos de los independentistas, necesita, por ejemplo, a los independentistas de Junts. Para formar un Gobierno moderado y despolarizador, se da por hecho que a quien necesitará es a Vox. Y para erradicar de la vida política española la corrupción parece que ahora el PP necesita otorgarle credibilidad a lo que pueda decir alguien como Ábalos si la cárcel quiebra su ánimo. Bueno, el exsecretario de organización y exministro del PSOE está «fuerte y firme». Lo sabemos porque ha dejado su cuenta de Twitter en manos de alguien de su confianza. Demostrando que la prisión incondicional no es en este caso excesiva, el sábado apareció en el perfil de Ábalos uno de esos poemas virales que son por sí solos constitutivos de delito: «No te rindas que la vida es eso, / continuar el viaje, / perseguir tus sueños…» Se ha interpretado como una arenga motivacional para superar el presidio, pero podría funcionar como un mensaje de ánimo al líder de la oposición.
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Israel
Perdón y champán
Antes de definir como «cosas que pasan» el asesinato en el consulado saudí de Estambul del columnista Khashoggi, Donald Trump analizó del siguiente modo los juicios por corrupción a los que se enfrenta Netanyahu: «¿A quién le importan unos puros y un poco de champán?» Ayer, como haciendo caso al amigo americano experto en poder y arbitrariedad, los abogados de Netanyahu presentaron ante el presidente de Israel una solicitud de indulto, citando entre otras cosas el perdón preventivo de Gerald Ford a Nixon en 1974. Lo mejor es que Netanyahu pide el indulto asegurando que él en realidad preferiría demostrar su inocencia en unos juicios que no deja de intentar posponer. Pero está dispuesto a hacer el esfuerzo. Por los demás. Por la patria. «La realidad de la seguridad y el interés nacional de Israel lo requieren», ha explicado el primer ministro. El argumento incluso presenta una variable medio catalana: «la curación de las grietas entre diferentes partes de la nación». Como se ve, son todo ventajas. El líder de la oposición israelí recordó ayer que solo se puede indultar a quien es culpable. En realidad, eso era antes. Ahora no es raro que a los indultados, además del indulto, haya que darles las gracias por aceptarlo.
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