Reuters
Furgón de cola

Silencio cósmico

Pese a los muñecos exhibidos en México, los expertos siguen sin tener pruebas sobre los ovnis

El equipo de expertos reunido por la NASA para analizar el fenómeno ovni ha llegado a la conclusión científica de que no tienen datos para ... llegar a conclusiones científicas. Aunque lo venden bien: «Son uno de los mayores misterios de nuestro planeta». No se refieren a naves tripuladas por Chewbacca, digan lo que digan en 'Cuarto Milenio'. Se refieren a los fenómenos anómalos no identificados, que es como se llaman ahora los ovnis. Fani, en español. El nuevo nombre es problemático. Recuerda por razones obvias a una productora de música tropical. Y a mí me incrusta en la cabeza una cumbia que describe un caso de abducción y comienza así: «El extraterrestre vino y se enamoró de mi mujer». De preguntarme la NASA, yo les diría que, a fuerza de insistir la ufología en el delirante antropomorfismo extraterrestre, estas desgracias tenían que pasar. A continuación, por colaborar en la investigación, intentaría reproducir el sonido del sintetizador pachanguero y les cantaría el estribillo inolvidable: «Se la llevó, se la llevó, ese marciano se la llevó».

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El administrador de la NASA reconoció ayer que siguen sin tener una prueba concluyente que soporte la hipótesis extraterrestre. Ni una. Los expertos no parecen por tanto tomarse en serio los muñecos que expuso el martes un ufólogo televisivo en el Parlamento de México. Sucedió en una asamblea oficial «para la regulación de fenómenos aéreos anómalos no identificados». Dejando a un lado que regular lo no identificado es un avance político sin precedentes, lo de México fue una copia estrafalaria de lo que sucede en el Congreso de Estados Unidos, un país cada vez más indefenso ante lo irracional. La presión ambiental y la necesidad de presupuesto quizás explican que la NASA empiece a vender las conclusiones de siempre con esta nueva ambientación de 'Expediente X'. La situación es una fiesta para los farsantes, que seguirán aprovechándose de quienes encuentran inevitable que en la inmensidad inconcebible del Cosmos haya vida inteligente que decide ocuparse precisamente de nosotros para jugar al escondite mientras nos ayuda en secreto a levantar pirámides. Lo que sorprende del pensamiento conspirativo nunca es tanto la credulidad como el exceso de protagonismo.

Parlamento

Electoral

El Pleno de Política General trasladó cierta tensión electoral y la sensación de que Urkullu se presenta a la reelección. Arnaldo Otegi estaba en el palco de invitados, que es la fila de ring del Parlamento. Si al líder de Bildu lo llevase Don King en vez de Pello Otxandiano, se habría levantado y le habría gritado al lehendakari que convoque ya las autonómicas si se atreve, que él tampoco piensa jubilarse. A Urkullu, en fin, se le notó en forma en la enumeración salmódica de planes gubernamentales. Y en la prestidigitación estadística que sitúa a Euskadi al frente de los países de la UE en los indicadores convenientes. De tan recurrente, este truco no se sabe ya si se sostiene sobre el puro autoengaño. Ojalá en el Gobierno vasco prefieran medirse con Estados porque crean que, de hacerlo con regiones como la Alta Baviera o la Holanda septentrional, la humillación que se llevaría esa pobre gente sería demasiado grande y dolorosa.

Silencio

Bla, bla, bla

Dan Lyons ha escrito un libro sobre el silencio y niega que las mujeres hablen más que los hombres. Aunque todos hablamos demasiado: dieciséis mil palabras al día. Aquí sí que hay que reducir las emisiones. Contra la tentación del discurso, el poema 'Conferencia' de José Emilio Pacheco: «Halagué a mi auditorio. Refresqué / su bastimento de lugares comunes, de ideas adecuadas a los tiempos que corren». ¿No es acaso siempre así? «En recompensa me aplaudieron», termina Pacheco. «¿Dónde voy a ocultarme para expiar mi vergüenza?»

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