José Ramón Ladra
Furgón de cola

Lógica giratoria

País Vasco ·

El paso de los gobiernos al sector privado necesita luz como los quirófanos

Seis meses después de cesar como consejera de Salud, Gotzone Sagardui ficha como directora médica de una clínica privada de Vitoria. La Ley de Conflictos ... de Intereses impone un periodo de dos años antes de que un alto cargo pueda trabajar en una empresa con la que haya mantenido relación directa desde la Administración. El Gobierno vasco confirma que esa relación no existe en el caso de Sagardui, por lo que la exconsejera se acoge a la excepción que la ley contempla. Antes, otro consejero de Salud tardó dos meses en fichar por una aseguradora sanitaria privada.

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Podría parecer que Osakidetza funciona como las categorías inferiores de aseguradoras, consultoras y farmacéuticas. Iluminar esos fichajes como se iluminan los quirófanos es el único modo de ahuyentar las sombras. Pero Bildu llevó en 2023 al Parlamento vasco una reinvención severa e independiente del Comité de Ética que se ocupa de las incompatibilidades y al PSE, pongamos por caso, le pareció que se buscaba «carnaza y treinta segundos de telediario». La primavera pasada se supo que el viceconsejero de Salud andaluz tardó tres meses en fichar como director médico de una aseguradora y los socialistas de allá pusieron el grito en el cielo. La imagen de la puerta giratoria es de verdad muy completa: también representa a los partidos entrando a la denuncia y huyendo de ella según les convenga mientras el edificio de la Administración no pierde ni un poco de su aire calefactado.

Ahora la oposición habla de puerta giratoria en el caso de Sagardui y todo el mundo mira al departamento de Gobernanza, que es un guardián bondadoso y semilatente. Llevan un año sin informar sobre los casos en los que un ex alto cargo ha sido autorizado a irse al sector privado. O sea, que ni siquiera sabemos cuántos son. En la opacidad florece la sensación de que los políticos exprimen el privilegio y, cuando el gerifalte no ficha supersónico por la empresa amiga, al 'apparatchik' que se queda descolgado del erario se le asigna el puestazo público a través de un proceso de selección prefabricado. De la desafección ciudadana resultante lo mismo sale un abstencionista irónico que un nuevo creyente en la tecnocracia de Elon Musk. El modo más original de combatir a los antisistema es desde luego llenarlos de argumentos.

Laporta

Bufidos en Arabia

Me preocupan los jeques. Son millonarios que observan una estricta moral pública y hacen del decoro uno de los pilares de sus países refulgentes y aterradores. Al meterse en lo del fútbol por motivos relacionados con la imagen y la influencia, no debieron de pensar que tendrían que vérselas con los españoles del ramo. Luis Rubiales, acuérdense. O Joan Laporta, ese hombre que parece siempre recién salido de una despedida de soltero. El miércoles en Arabia Saudí, tras conocer que el Consejo Superior de Deportes le indultaba a Olmo y Pau Víctor, Laporta se puso a gritar y a hacer cortes de manga en el estadio Rey Abdullah. También insultó a los directivos de la Federación Española en un palco que estaría lleno de jeques con sus gafas de sol, su seriedad y sus kufiyas. A la espera de que sepamos si lo de Dani Olmo suma para los Presupuestos Generales del Estado, hay que reseñar que Laporta demostró su alegría bufando como Cristiano Ronaldo. Otro escándalo. Para demostrar que la vida es bella y el Gobierno generoso, el presidente del Barça debería dar unos pasitos de samba y hacer sonriente el gesto surfero de Ronaldinho, aquel genio que parecía siempre a punto de inaugurar una despedida de soltero.

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