Lenguajes blindados
Bildu consigue que las grandes empresas vascas deban ofrecer atención al cliente en euskera
Un mes después que Junts asegurase haber conseguido que la nueva Ley de Servicios a la Clientela pusiese a las grandes empresas a atender en ... catalán en toda España, Bildu asegura haber conseguido que la nueva ley ponga a las grandes empresas a atender en euskera en el País Vasco. Si entiendo la gradación, dentro de un mes el BNG se jactará de haber conseguido que las grandes empresas atiendan en gallego en Lugo y en Orense. Como todo suena un poco raro, improvisado, teatral, dan ganas de preguntarle a Junts. Pero resulta que el partido de Puigdemont ya ha superado lo de la atención al cliente y ahora está en lo de hacer como que hace caer al Gobierno. «Hable menos del cambio horario y más de la hora del cambio», le amenazó ayer Míriam Nogueras a Pedro Sánchez con esa dureza suya de 'western' crepuscular rodado en el Ampurdán. El presidente se hizo el sueco y contestó con lo de «La Ciencia», qué hermosa eres, y ahí se notó que lo de la atención al cliente en catalán ya había pasado de moda. Legislar es hoy un arte que funciona así. Lo importante es exhibir capacidad de extorsión y armar quilombo. Después, ya se verá.
Con una coherencia que solo puede aplaudirse, el Gobierno negocia por su parte la Ley de Servicios a la Clientela intentando que los clientes no se le vayan. Y vendiéndoles para conseguirlo la misma mercancía exclusiva a varios de ellos. Así que Bildu también ha conseguido su botín, que fue anunciado como un «blindaje» valiosísimo. En otro ejemplo de diálogo social y de búsqueda de grandes consensos lingüísticos, las empresas del país se enteraron de todo por la prensa. Estas empresas no saben exactamente a qué se les va a obligar por ley y hacen cálculos de las implicaciones de comenzar a exigir perfiles lingüísticos en el 'call center'. Con el euskera transformado en otra mercancía circulante en el zoco parlamentario, puede que a las empresas que ya hacían de su implantación en el territorio un rasgo diferencial tampoco les haga gracia la homologación forzosa. Bildu defiende la medida por el lado de los derechos lingüísticos, aunque podría hacerlo por el de la justicia social básica, argumentando que un país que expulsa médicos debe ser responsable y comenzar a expulsar también teleoperadores.
EE UU
El ala este
Además de transformar el Despacho Oval en un plató para su 'reality' con los mandatarios extranjeros, Trump está construyendo un enorme salón de baile en el ala este de la Casa Blanca. El lunes comenzaron las obras, que arrojan imágenes con excavadoras indistinguibles del golpe de Estado. «Drenar el pantano» fue uno de los lemas más repetidos del Trump candidato y ahora sabemos que lo que el Trump gobernante quería construir en el centro mismo del pantano era un «hermoso salón de baile como el que tengo en Mar-a-Lago». Es que echaba a faltar en la Casa Blanca un lugar con la categoría suficiente para recibir a la gente «de alto nivel». Cualquiera imagina cómo será ese lugar: incluso la oscuridad en él será dorada. Trump explica que el nuevo salón de baile ha tenido que esperar a que llegase él, un presidente que sí sabe construir. E insiste en que la obra no le costará al contribuyente un solo dólar. De hecho, importantes empresas privadas ya están aportando los millones necesarios para la remodelación. Ahí tienen el viejo sueño igualitario de Jefferson, Franklin y los demás padres fundadores: que en el país de la libertad los más ricos saquen a los gobernantes a bailar, porque ellos lo hacen fenomenal.
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