Dedazo acusador
El fiscal general propone a Dolores Delgado para fiscal de Memoria Democrática
Podría pensarse que en el ámbito de la Justicia se tiene una disposición natural hacia la imparcialidad, la ejemplaridad o la equidad, del mismo modo ... que en el de la medicina se tiende a mantener la higiene de manos y a no lanzarles bisturís a los pacientes. Nada es tan simple. Ayer vimos cómo, mientras el Ministerio de Justicia no negocia con sus funcionarios alegando que no puede tomar decisiones en vísperas electorales, el fiscal general del Estado designaba, con las Cortes disueltas y la mayoría del Consejo Fiscal poniendo el grito en el cielo, a Dolores Delgado al frente de la Fiscalía de Memoria Democrática. ¿La razón? Eso mismo: las elecciones. Un cambio de Gobierno implicaría el cambio del fiscal general y Álvaro García Ortiz parece tener prisa por dejar atado y bien atado lo de Dolores Delgado, predecesora en el cargo y gran valedora suya, además de entrañable amiga personal, a la que ya ascendió hace unos meses, con gran escándalo, a fiscal de Sala del Supremo.
Las malas lenguas avisaban de que el Gobierno creaba la Fiscalía de Memoria Democrática para entregársela a Dolores Delgado, exdiputada socialista y ministra de Justicia del Gobierno que casualmente impulsó la Ley de Memoria Democrática. Dicho y hecho. Que Dolores Delgado sea la pareja de Baltasar Garzón, juez estrella expulsado de la carrera y reconvertido en abogado estrella por el lado de la memoria democrática hace que uno ya no sepa cuál es el escándalo que le tiene así, pegando gritos. ¿El abuso de poder o el destrozo institucional? ¿El alegre nepotismo o la monumental falta de escrúpulo, de miramientos, de disimulo? Igual esto último. Hace dos días, Baltasar Garzón publicó un artículo apenas relacionado con la sintaxis en el que elogiaba a Pedro Sánchez comparándolo con Gary Cooper en 'Solo ante el peligro'. En él, entre un montón de anacolutos antifascistas, censuraba los «ataques miserables» a alguien -«no hace falta dar nombres», escribía- que «en uso de su legítimo derecho pide la plaza de fiscal de Memoria Democrática». Para Garzón, a esa persona sin nombre que es su pareja se la critica por «su lucha por los derechos de las víctimas de la dictadura». Y eso sí que tiene mérito: dar con probablemente la única cosa por la que a Dolores Delgado no se la critica.
País Vasco
Menos jóvenes
Euskadi va a perder sesenta y cinco mil estudiantes en diez años. No, no significa que no vayamos a saber dónde están. Significa que no van a estar porque no han nacido. Céntrense: crisis demográfica, envejecimiento de la población. En la misma década se nos jubila el 36% del profesorado, lo que podría parecer un gesto proporcional, pero es una evidencia: hay que reorganizar el sistema. Conviene recordarlo porque la jubilación masiva de los médicos ya nos cogió por sorpresa. Como si en Osakidetza, un entorno tan familiarizado con la biología, nadie esperase que un médico pudiese envejecer. La diferencia está en que habrá menos chicos en las escuelas, pero no menos vascos en los centros de salud. Y vuelven este verano las urgencias ambulatorias atendidas por enfermeras, algo impensable cuando nuestra sanidad asombraba tanto al mundo que debió de haber gente por ahí que incluso murió del susto.
23-J
Salvoconductos
Ante la originalidad de unas elecciones en julio, la Junta Electoral permitirá librarse de la mesa a quien tenga un viaje contratado antes del 30 de mayo. El problema es que ese es solo uno de los problemas que pueden surgirle al ciudadano en periodo vacacional. Y apenas hay precedentes. En 1836 hubo unas generales en julio y Larra salió diputado por Ávila, pero el Motín de La Granja impidió que se constituyesen las Cortes. Larra murió siete meses después. No estoy tranquilo. Celebras elecciones en julio y termina suicidándose el columnista.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión