Como si llevásemos demasiado tiempo sin atender a un virus, el de la peste porcina africana ha aparecido en Cataluña y está causando problemas. Serios ... problemas. La clase de problemas que hace que la Unidad Militar de Emergencias se despliegue. Lo bueno es que el virus no afecta a los humanos. Con la excepción de los humanos que dependen económicamente de la industria porcina. A ellos, el virus del PPA la salud se la deja intacta, pero la economía se la puede destrozar. La enfermedad es muy contagiosa y necesita unos días para transformar una granja de cerdos en un cementerio. España es el tercer productor de cerdo del mundo y exporta anualmente productos por más de 8.000 millones. Con más de 5.000 granjas de porcino, Cataluña asume casi la mitad de esas exportaciones.
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Las cifras explican que el despliegue militar no haya despertado en Cataluña la menor queja por el lado de la soberanía y que la oposición le exija a Salvador Illa que regrese de la Feria del Libro de Guadalajara para ocuparse de la crisis porcina en Collserola. Es allí donde aparecieron los primeros jabalíes muertos. Se cree que pudieron comer un trozo de embutido contaminado. La zona está junto a un nudo de carreteras por el que pasan transportistas que vienen de países en los que la peste porcina está presente. Al azar le celebramos mucho los enamoramientos, pero donde se nota que da lo peor de sí mismo es en las epidemias. A ese embutido hipotético, al bocadillo presunto, se debe que países como Japón y Reino Unido hayan bloqueado las importaciones de porcino procedentes de España. Otros grandes importadores como China y la UE permiten por ahora que los productos nacionales sigan circulando con la excepción de los procedentes de la zona afectada. El objetivo es que esa zona no aumente y quede encapsulada en términos de infección. Recordarán que la salud pública era una de las razones por las que era mala idea que las poblaciones de jabalíes se descontrolasen y terminasen acercándose a pueblos y ciudades en busca de bolsas de basura que asaltar como bufés libres. Pues eso. Hace seis años un jabalí se acercó tanto al núcleo urbano en Erandio que terminó encerrado en un colegio. Hubo una petición en redes exigiendo su liberación.
Problemas de fondo
Un mensaje del rey emérito «para los jóvenes españoles» saltó ayer de WhatsApp a YouTube y de YouTube a los medios. Se trata de un vídeo breve con un problema de fondo. Bueno, con dos. Uno se refiere al fondo de la cuestión. Y el otro al fondo del vídeo: una bandera española ondeante sobre la que la figura del viejo monarca se recorta con una sutileza que hace pensar en una edición nivel usuario realizada con un programa gratuito recién descargado en un móvil antiguo. Como si se hubiese encargado el chaval de alguien, que es un crack con Internet. El resultado es paródico. Las inflexiones del emérito remiten a sus mensajes de Navidad mientras que el intento de explicar la Transición lo hace al peligro de envejecer y perder la frecuencia en la que emite la realidad, algo que ni siquiera es para tanto siempre que no pretendas intervenir por todo lo alto en la realidad. Además de recordarles que ha hecho «el esfuerzo» de escribir un libro, el rey emérito les pide a los jóvenes que apoyen a su hijo. Puede que a Felipe VI hubiese ayer que agarrarlo para que no se cayese del susto al ver cómo su padre parece haber descubierto el 'streaming' como método para conectar con los chavales y ahuecarse un poco, si fuera posible, la posteridad.
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