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Un agente de la Ertzaintza identifica a un grupo de 'menas' en el centro de Bilbao. Ignacio Pérez
LA INERCIA

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El número de 'menas' se multiplica por siete en tres años

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Sábado, 1 de diciembre 2018, 01:06

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Bizkaia tiene 778 plazas residenciales para menores no acompañados y se calcula que este año terminará con la llegada de alrededor de 1.200 nuevos 'menas'. Son 437 más que el año pasado y siete veces más que los que llegaron hace tres años.

Hay quien define la situación como una «avalancha» y quien la define como «insostenible». La última definición es en concreto de Unai Rementeria. La Diputación se hace cargo de los niños y adolescentes que llegan al territorio en situación de desamparo. La mayoría vienen de Marruecos y Argelia. A veces son las mafias las que los traen, a veces llegan por sus propios medios. Saben que les conviene presentarse en una comisaría y declarar que son menores, de ese modo entran en el sistema de protección social. Que aun así no todos lo hagan, que muchos lleguen de otros lugares de la Península y que algunos pasen por Bizkaia de camino a otros destinos hace que el problema adquiera una dimensión todavía más borrosa y complicada. Al mismo tiempo, que la Diputación se esfuerce por atender convenientemente a los menores que llegan a Bizkaia orienta su flujo hacia aquí. Si el número de menores no deja de aumentar, la atención que puede prestárseles deja de ser adecuada para ser más bien un milagro.

Es una inercia loca y endiablada. Obedece a un impulso lógico en lo tocante a los menores: ellos buscan la opción de salir adelante. Lo escandaloso es que sean otras administraciones las que se comporten como buscavidas, lavándose las manos y permitiendo, cuando no favoreciendo, que el problema las traspase. «Una mejor colaboración interinstitucional debería llevarnos pronto a un escenario en el que desaparezcan los elementos negativos asociados a los menores extranjeros», escribía en este periódico el Ararteko, pero no el actual, sino el anterior, Iñigo Lamarca.

Los Arartekos pasan y el problema aumenta. En octubre, el Gobierno de Pedro Sánchez organizó una cumbre de comunidades autónomas y hubo territorios que salieron de allí silbando y con prisa, disimulando, como si se hubiesen equivocado de despacho. Lo que acordó el Gobierno en aquella cumbre fue repartir los millones para atender a los 'menas'. Lo hizo pasando por alto el paso previo y conflictivo, pero insoslayable: antes o después, van a tener que repartir también a los menores.

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