¿A quién le importa el autogobierno?
A los partidos nacionalistas vascos les ha ido muy bien electoralmente en el ciclo del apaciguamiento del eje territorial en el debate político en Euskadi. ... En todas las elecciones celebradas en los últimos dos años han visto cómo se incrementaba su apoyo popular. La suma del PNV y EH Bildu no ha dejado de ser mayoritaria en cada proceso electoral, ya fuera foral, estatal o europeo, y esa realidad la reflejan todas las encuestas que pronostican un incremento del espacio nacionalista en el Parlamento vasco que saldrá de las elecciones del 12-J.
Al mismo tiempo que se ha producido el refuerzo del espacio electoral del Partido Nacionalista Vasco y de EH Bildu, la ciudadanía vasca iba alejando de sus prioridades cualquier tema que tuviera que ver con el debate territorial e identitario. El autogobierno o la relación con el Estado español no figura entre las diez principales preocupaciones de los vascos. Un escenario que no ha variado durante el estado de alarma. Tampoco la ciudadanía vasca se vio interpelada en ningún momento del 'procés' de Cataluña. Y su sentimiento identitario no se ha reforzado con la misma intensidad que la cuenta de resultados electorales de los partidos que representan el espacio nacionalista de la sociedad vasca.
Antes de que toda la preocupación ciudadana estuviera volcada en los estragos del coronavirus en nuestras vidas, tampoco se prestaba atención al debate territorial. Los ciudadanos no van a pedir cuentas a los partidos políticos estas elecciones por su fracaso a la hora de llegar a un acuerdo en la ponencia de Autogobierno porque han vivido de espaldas a los trabajos que pretendían actualizar el encaje de Euskadi en el Estado español. Nadie va a cambiar su voto por sentirse engañado porque no hayan cumplido su compromiso de terminar los trabajos de esta ponencia esta legislatura. Nadie va a votar en clave de mandato sobre el contenido del futuro Estatuto. El voto nacionalista no se escribe en clave territorial.
La penetración del espacio nacionalista en la gobernabilidad del Estado español ha sido posible sin costes electorales para ninguno de los dos partidos por la desactivación de este eje. La influencia nacionalista vasca en Madrid a través de la fuerza electoral de sus grupos parlamentarios ha contribuido a racionalizar el componente más emocional e identitario. Y todos sabemos que sin emociones el debate del autogobierno no cuaja en el debate público. Y también sabemos que sin emociones es más fácil llegar a acuerdos en política.
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