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bea crespo

Hitler, un político normal

El foco ·

En política, no todos los interlocutores son válidos, sobre todo quienes usando las instituciones democráticas pretenden atentar contralos derechos fundamentales que estas defienden

Sábado, 4 de julio 2020, 23:35

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En el ensayo 'El chivo expiatorio de Hitler: La historia de Herschel Grynszpan y el inicio del Holocausto' (Galaxia Gutenberg) Stephen Koch revisa la historia ... del joven judío que el 7 de noviembre de 1938 asesinó de cinco tiros a Ernst vom Rath, miembro de la Embajada alemana en Francia. Este asesinato, perpetrado por un chico que no llegaba entonces a los veinte años, fue la excusa de Adolf Hitler y Joseph Goebbels para desencadenar, dos días después, el pogromo antisemita más sangriento de la historia, la llamada 'Noche de los cristales rotos'. Grynzpan fue detenido en el instante después del asesinato en la Embajada y entregado a las autoridades francesas. Quedó a su disposición hasta la ocupación nazi de Francia, cuando pasó a manos de la Gestapo. Estamos en los prolegómenos de la guerra y, con su estallido, la propaganda nazi da un paso más y Grynzpan se convierte en pieza fundamental para la justificación de la siniestra 'Solución Final', es decir, la máquina industrial para el genocidio de millones de judíos que culminó en Auschwitz-Birkenau. Como señala Stephen Koch, Hitler y Goebbels «pretendían utilizar a Herschel como el primer acusado en un gran juicio propagandístico para demostrar que el 'judaísmo internacional' era el culpable de que se hubiera desatado la segunda Guerra Mundial. Koch analiza la figura del joven Grynzpan en este contexto, desmonta las teorías conspirativas, recopila toda la información disponible sobre sus últimos días y cómo evolucionan sus ideas y su carácter ante su propio peso en la historia, del cual es muy consciente. Pasa de ser un joven depresivo y desesperado ante la deportación de su familia germano-judía a Polonia, que dispara contra el primer funcionario que ve para llamar la atención internacional sobre la persecución de los judíos, a ser un prisionero en manos de la Gestapo que, con inteligencia y audacia, logra desmantelar, aunque demasiado tarde, el plan de Hitler y sus propagandistas para hacer de él la encarnación del mal. Esta es la historia que cuenta el ensayo de Stephen Koch, riguroso con la verdad histórica y al mismo tiempo ameno, que se lee casi como un thriller político. Pero hay más: al mismo tiempo que nos internamos en este tiempo histórico que parece inagotable en tragedias, el libro nos da herramientas de reflexión para nuestro presente, en el que desgraciadamente los fantasmas del nazismo y el fascismo recorren Europa vestidos con nuevos trajes.

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