Borrar

¿Hasta cuándo?

Domingo, 10 de mayo 2020, 01:40

Comenta

Normalmente lo primero no es un bofetón inesperado, antes ha habido otras señales, comentarios despectivos sobre cosas que tú te empeñas en hacer bien, como ... la limpieza de tu casa, el plato que a él más le gusta, tu maquillaje, tu corte de pelo; también están esas críticas que te vuelven insegura y vulnerable, como tu peso o tu talla de pantalón, tu comportamiento en público con amigos comunes, tu forma de reír, un poco estridente. Empieza así, con esos desprecios que tú interpretas como algún signo de mal humor -pobre, es que trabaja mucho- y que, si piensas racionalmente, son ciertos. Es cierto que el bizcocho te quedó un poco seco, que te sobran dos o tres kilos en la tripita y el culo, que el flequillo así de corto no te sienta nada bien y que a veces te ríes de más. Por eso no se lo tienes en cuenta. Con el tiempo van saliendo otras cosas, como aquel día que te reprochó una conversación de Whatsapp con ese amigo de hace años que apenas ves, o cuando te obligó a que le enseñaras las búsquedas que habías hecho en Google, o cuando te dijo que no quería que vieras más a tu amiga, tu amiga de tantos años, porque, según él, era una zorra. Y luego esas otras cuestiones que te da vergüenza reconocer, como que te recuerde tus obligaciones conyugales y tú cedas aunque te asquee y te duela, o que fiscalice hasta el último euro que gastas. La primera bofetada te sorprende por su violencia, pero no debería. Ya te había ablandado lo suficiente, psicológicamente estabas preparada. Por eso la primera se la perdonas, porque te dice que no quería pero que tú... Y tú en el fondo le das la razón porque piensas que es cierto, que sabías que el cordero estaba demasiado hecho, no se lo tenías que haber servido.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo ¿Hasta cuándo?