Emoción dominical

Se me dirá que las conferencias de presidentes no pueden retransmitirse por confidencialidad. Y contestaré que eso era antes, cuando las reuniones eran presenciales y solo las grababa el presidente de La Rioja. Presuntamente. Pero imagínense ahora, con todos los presidentes videoconectados. Además de cada uno de los participantes sin excepción, las reuniones las debe de estar grabando Facebook, la KGB, Julian Assange, Luis Rubiales, Steve Bannon, el Mosad… Una fiesta de la grabación debe de ser eso. Así que tampoco pasaría nada porque se retransmitiesen en abierto. Tendríamos algo emocionante que ver los domingos, a falta también de 'Pressing Catch'. Ycomprobaríamos si las discrepancias entre los participantes, los agravios y los menosprecios, son tan graves e inadmisibles. Opuede que nos llevásemos una sorpresa y escuchásemos a Michael Robinson decir que se aburre, que todo es más pacífico que Gandhi echando la siesta, ya saben, alguna comparación de las suyas, tan graciosas.

Eso estaría bien. Imagínense que descubrimos que el Gobierno escucha a las comunidades, favorece el análisis conjunto y traslada instrucciones claras y razonadas, mientras las autonomías no pueden mostrar más colaboración y solidaridad, demostrando que la descentralización del Estado, además de todo lo demás, es algo que conviene por eficaz. De no ser así, todo esto tendría más peligro que una piraña en un sombrero, ahora que la realidad ha sido desbelada por una emergencia dramática y repentina.

La fórmula de comunicación del Gobierno es una chifladura: sobreexponen a los 'técnicos'. En España mucha gente no sabrá hoy quién es la portavoz del Gobierno, pero todo el mundo conoce a Fernando Simón. El científico soporta la presión porque es muy bueno, pero los generales que le rodean pisan con frecuencia un trampolín. La graduación no tiene que ver con la comunicación. Y ayer el Jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil dijo que trabajan para «minimizar el clima contrario a la gestión de crisis por parte del Gobierno». Fue una metedura de pata del mismo alto mando que hace poco nos informó de que treinta kilos de naranjas habían sido devueltos «gracias a Dios» a su dueño. El episodio traerá cola. Y todavía lo mejor fue ver a SantiagoAbascal y Cayetana Álvarez de Toledo reaccionando de un modo automático, sin ofrecerle el mínimo beneficio de la duda, precisamente ellos, a todo un general de la Guardia Civil.

A Iker Jiménez se las ponen en bandeja. Según se supo la semana pasada, con el consiguiente subidón en Wall Street, la biotecnológica que lleva mejor lo del fármaco contra el coronavirus es precisamente Gilead. Y Gilead es el monte biblíco que da nombre a la república machocrática ideada por Margaret Atwood en 'El cuento de la criada'. Buenas noticias para nuestros jóvenes políticos posmodernos formados en Netflix.Llevan semanas escondidos, pero ahí lo tienen: una guerra inexistente en la que volver a combatir con heroísmo.