e. c.

Récord de impuestos

Editorial ·

La mejora de los ingresos fiscales confirma la sólida recuperación de Euskadi, aunque con incertidumbres que imponen prudencia

el correo

Sábado, 16 de octubre 2021, 00:06

La economía de Euskadi se encuentra inmersa en una senda de crecimiento robusto tras los estragos causados por la pandemia en su tejido productivo y ... en el empleo, lo que le permitirá volver al nivel precovid a mediados del próximo año, según las estimaciones oficiales. Así lo confirman diversos indicadores, que perfilan una recuperación más intensa y acelerada de lo esperado hace apenas unos meses. Pero si existe un termómetro fiable para medir el pulso de la actividad, ese es la recaudación de impuestos. El anuncio por parte del Consejo Vasco de Finanzas de un récord histórico de casi 15.600 millones de euros al cierre del presente ejercicio y de un aumento del 4,6% el próximo dibuja un escenario esperanzador, aunque no exento de zozobras que sería ingenuo obviar.

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La tradicional prudencia de ese organismo al predecir los ingresos fiscales otorga un valor adicional a tales cifras, en las que se basan el Gobierno vasco, las diputaciones y los ayuntamientos para elaborar sus Presupuestos. La magnífica evolución de los tributos concertados se fundamenta en el buen comportamiento del mercado laboral y del consumo, traducido en apreciables aumentos del IRPF y del IVA. Los 1.329 millones más de los calculados que obtendrán este año las arcas forales y las optimistas perspectivas para 2022 permiten a las instituciones mitigar el déficit originado por el fuerte impulso imprimido al gasto público para frenar el impacto del virus. Además, les otorga cierto margen para afrontar con mayor holgura las próximas Cuentas, en las que la inversión cobrará de nuevo fuerza para apuntalar el crecimiento y será necesario un esfuerzo adicional a fin de restañar las heridas económicas y sociales causadas por la crisis pandémica.

Los datos macroeconómicos constituyen todo un alivio. Pero no justifican triunfalismo alguno. No cabe ignorar que la recuperación, aunque sólida, es desigual entre los sectores. Y mucho menos las incertidumbres que se ciernen sobre ella. El insostenible encarecimiento de la energía, sin indicio alguno de cesar a corto plazo, representa una seria amenaza para la industria vasca, al igual que los problemas de las cadenas de suministros de materias primas. Ambos factores, unidos a eventuales contingencias hoy por hoy impredecibles -incluida la hipotética aparición de variantes más agresivas del covid-, aconsejan la máxima cautela para no dar pasos en falso cuando la situación remonta por fin.

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