En medio de fuertes turbulencias por la guerra en Ucrania e incertidumbre sobre el impacto que tendrá su evolución en los mercados energéticos y la ... economía global, el Gobierno vasco aprobó ayer unos Presupuestos expansivos para el próximo año, con los que se propone encarar un escenario de frenazo de la actividad y alta inflación, aunque más moderada que la actual. El crecimiento del 2,1% y la creación de 12.000 empleos previstos en ellos rebajan a la mitad las cifras esperadas para el presente ejercicio, pero de confirmarse supondrían una meritoria prueba de resistencia en un contexto internacional negativo, con la Eurozona estancada y dos de los principales clientes de Euskadi -Alemania e Italia- sumidos en la recesión, según predicen diversos organismos.
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El Ejecutivo apuesta por contener la ralentización a la que empuja el desorbitado aumento de los precios con un impulso al gasto público, la inversión y el I+D+i, que elevan las Cuentas a un importe récord de 14.250 millones de euros. Resulta significativo que, pese al magnífico comportamiento de la recaudación fiscal y a la inclusión por primera vez de 260 millones de los fondos de recuperación europeos, el Gobierno necesitará endeudarse en 420 millones para cuadrar sus números. Se lo permite su solvencia financiera, fruto de una prudente gestión en los últimos años. El consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, lanzó un mensaje de tranquilidad al destacar los «muy sólidos» mimbres del Presupuesto. La protección del tejido productivo y el ineludible apoyo a los sectores sociales más desfavorecidos para capear la compleja situación que se avecina obligan a una excepcional movilización de recursos públicos. No cabe descartar, sin embargo, un empeoramiento del horizonte previsto por la extrema volatilidad a la que la guerra somete a la economía internacional. La recesión técnica que la AIReF auguró ayer para España, con un PIB negativo este trimestre y el próximo, afectaría inevitablemente a Euskadi si se materializara.
Sería deseable que el clima propicio al entendimiento instalado en la política vasca permitiera concitar en torno al proyecto un apoyo superior a la mayoría absoluta que suman PNV y PSE. Para ello es preciso una sincera voluntad negociadora del Ejecutivo para incorporar enmiendas que enriquezcan el texto y que la oposición, sin renunciar a sus principios, entienda las limitaciones existentes y actúe con realismo en aras del bien común.
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