El próximo traspaso a Euskadi de los ferrocarriles de Cercanías, al que solo le restarían algunos flecos para completarse, debe contribuir a reconducir los frecuentes ... brotes de tensión entre los gobiernos central y vasco. Sobre todo porque ambos son conscientes de que no son la cerrazón ni el victimismo los que producen resultados, sino la voluntad compartida de superar los escollos. El calendario de transferencias acordado en 2019, que debería haber permitido al Ejecutivo autonómico asumir todas las materias pendientes salvo la gestión económica de la Seguridad Social, progresa a un ritmo más lento del deseable pero se ha materializado en la asunción de la competencia penitenciaria y del Ingreso Mínimo Vital; pasos destacados en la culminación del autogobierno refrendado por los ciudadanos hace 42 años. La administración de lo que ahora son trenes de Renfe y Feve tiene que traducirse en una gestión lo más proxima posible a los 50.000 usuarios diarios de sus cuatro servicios en Bizkaia y Gipuzkoa -motores de la historia industrial y ciudadana de sus respectivos territorios-, además de permitir el avance de un proyecto a largo plazo como la Línea 4 del metro.
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