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El tirón del turismo contrasta con un acusado retroceso industrial en Euskadi, una dinámica refrendada por el Eustat y la pérdida de empresas señeras para el tejido productivo. El fenómeno turístico sigue al alza al registrar 4,7 millones de visitantes durante el año pasado, ... 200.000 más que al cierre de 2023 y con un repunte del 7% en el número de viajeros extranjeros. Son datos que confirman la energía del comercio, el transporte, la cultura y la hostelería de una actividad que equivale al 6,6% del Producto Interior Bruto (PIB). Lejos de ser el problema que provoca en otras comunidades, los turistas permitieron impulsar el sector servicios en el País Vasco con la creación de 15.700 empleos. Pese a la incomodidad que pueda ocasionar, reflejada en puntuales masificaciones y la proliferación de alojamientos que ahora la Administración se esfuerza en limitar, el turismo debe ser un pilar para el crecimiento de una Euskadi a la que hace no tanto le costaba sacar brillo a sus atractivos entre tantas sombras. Pero no conviene eludir la realidad. La industria, que representa el 24% del PIB, perdió 4.400 ocupados y los cierres de Mecaner en Bizkaia y Guardian en Álava anuncian nuevos nubarrones.
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